
Hace unos días hablábamos de «Patria» de Fernando Aramburu. Lo hice con un pequeño nudo en el estómago por si la reseña levantaba alguna suspicacia. Quiero aclarar que jamás mi intención será levantar polémicas o disputas. Este es un espacio concebido para disfrutar de nuestra pasión por los libros , de intercambio de opiniones literarias, de ser un sitio donde todo el que entre lo haga con la intención de compartir su amor por los libros.
Hoy me siento un poco igual. Al escribir estas líneas mi intención es destacar una obra que me encantó por su pasión, por su enfoque al escribirlo, por unos personajes que aún están en mi memoria, por una historia de supervivientes que luchan por su vida y la libertad. Sin bandos. Los frentes son artificios donde los generales envían a luchar a otros sus batallas por el poder y la ambición.
Hace ya veinte años que Javier Cercas nos regaló un libro donde la realidad y la ficción se mezclan para tejer una historia de piedad.
Compuesta por tres partes muy diferenciadas, cada una de ellas aborda un aspecto fundamental de la trama que conforman juntas un libro inolvidable. Tres enfoques con diferentes protagonistas que nos acercan a los días finales de la guerra civil, quizá los más crueles por significar la derrota y el exilio de una parte de nuestro país.
Conoceremos a Sánchez Mazas, ideólogo de la falange, su fallido fusilamiento y la historia que sucede después. Encontraremos al propio autor, disfrazado de escritor decepcionado y su búsqueda de información y personas que hubieran podido ser testigos de aquellos días. Sonreiremos con nostalgia al leer los pensamientos claros de un viejo republicano, sin odio ni ánimo de revancha. Y disfrutaremos de un final a la altura de la historia y de su magnífica narración.
Es necesario poder leer, hablar conversar, aportar, recordar sobre esos años y los posteriores. No olvidar de donde venimos. Y quizá así seamos capaces de evitar que suceda de nuevo.