
Al hilo de las escasas noticias de estos días sobre el hartazgo del pueblo cubano y su salida a las calles, ha venido a mi memoria la novela de hoy. Aunque ambientada en la República Dominicana , es inevitable comparar dos gobiernos dictatoriales de la región.
Publicada en el año 2000, esta obra de Vargas Llosa narra tres historias separadas temporalmente pero unidas por sus protagonistas. Nos acercaremos a la vida del dictador Trujillo, que durante más de 30 años gobernó con dureza y crueldad, marca de todas las dictaduras, al pueblo dominicano. Concretamente seremos testigos del relato ficticio que el autor recrea en los últimos días de este. Una historia que enlazará con la otra protagonista, ficticia pero no improbable, y que nos permitirá conocer la otra cara del pueblo. Y para acabar tenemos a aquellos que pusieron fin a la vida del dictador por medio de un atentado. Una de las partes más interesantes del libro puesto que cada uno de ellos esgrimirá sus razones y justificaciones.
Una historia sobre la crueldad que lastra la libertad de un pueblo. Que nos hace reflexionar sobre el papel de las dictaduras de los años 50-60 en Latinoamerica. Pero que también debería hacernos pensar sobre el papel de los países occidentales en el encumbramiento de esos dictadores y su posterior derrocamiento. Todo ello con embargos y aislamientos de por medio que únicamente consigue estrangular económicamente a una población ya asfixiada en su libertad.
Interesantisima aproximación a una realidad tan próxima a nosotros como alejada de nuestras preocupaciones cotidianas. La dureza de su relato, el dolor que nos produce la lectura de las torturas y vejaciones consigue que el lector se revuelva incómodo en su sofá.
Un libro magnífico, una historia increíble y una manera de narrarla admirable.