
No tenía muy claro si iba a llegar hasta el final, había demasiada sangre, demasiadas vísceras, demasiada miseria humana. Niklas parecía empeñado en no dejarme disfrutar de su novela.
Le salió mal su empeño pues la historia es muy buena, te mantiene en tensión cada página y los cambios de perspectiva y narración son, simplemente, fantásticos.
Viajemos a Suecia, en plena época de revoluciones sociales, donde el antiguo orden de la nobleza daba sus últimos estertores. En una ciudad, que rezuma frío y suciedad, aparece un cadaver brutalmente mutilado. Solo queda unir a la pareja de investigadores para tener el círculo perfecto de toda novela de misterio.
Pero 1793 es algo más, mucho más. Su argumento no es muy original, su pareja protagonista no difiere mucho de otras del género, la busqueda del asesino la hemos visto cientos de veces, sin embargo, y esto es lo más sorprendente, la dureza extrema de su narración es una fuerza de la naturaleza que destruye la resistencia a leerlo. Uno siente el hedor de la muerte en cada línea, se puede llegar a leer en diagonal para no cerrar el libro ante las barbaridades de torturas, ejecuciones, trata de mujeres, y un largo etcétera. Y a pesar de eso, al final me quedo con la sensación de haber leído a un gran narrador y una gran novela. ¿Es necesaria tanta violencia descrita, o los párrafos enteros dedicados a la miseria más extrema, tanto moral como económica? Pues no lo sé, la verdad. Es la apuesta de su creador y le sale bien. A pesar de que en muchas fases llegué a plantearme dejarlo, siempre le daba una nueva oportunidad. Me gusta cómo escribe, me gusta cómo disecciona la personalidad de cada uno de los protagonistas y me gusta cómo el contexto histórico juega un papel principal.
Tengo claro que lo hubiera leído mucho más a gusto sin esa dosis tan extrema de violencia y horror, y no sé si era necesario para la historia que fuéramos testigos de ello. Sin duda si lo terminé fue porque consiguió engancharme a los personajes, llegando a la paradoja de importarme muy poco si el asesinato se resolvía o no. Estaba encantado de ser testigo de las aventuras de hombres y mujeres que con sus errores y aciertos iban abriendo su camino a través de la dura vida de la época. Ahora que lo escribo caigo en la cuenta que la historia de misterio no me importaba nada, lo que yo quería era comprobar que ellos estaban bien.
El autor ha prometido una segunda y tercera parte más duras aún. Quizá no pueda con ellas, pero también dije que abandonaría ésta primera entrega y, al final, estoy encantado con no haberlo hecho.