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Martín. Librería de papel (Mérida)

Esta semana he estado en Mérida, en el congreso de AESLA. Y, como siempre, aproveché el día anterior del congreso para visitar una librería local. En esta ocasión, la librería Martín, en pleno centro de la ciudad.

No cuenta con muchos metros, pero puedo asegurar que están muy bien aprovechados, de modo que la cantidad de libros que tiene es considerable, tanto de adultos como infantil. Los encontraréis distribuidor en dos espacios separados por un bonito arco.

Pero lo mejor de la librería es, sin lugar a dudas, la selección que tiene. Tuve la sensación de estar en casa nada más entrar. Tanto las editoriales que tiene en las estanterías, como los volúmenes concretos que ha elegido son, desde mi punto de vista, las elecciones perfectas. No sabéis lo que me costó decidir qué libro me llevaba a casa.

El único pero que le pondría es la escasez de libros de bolsillo que tiene. Quizá podrían añadir un pequeño expositor con estos libros. Ojalá lo hagan.

En cualquier caso, si os pasáis por Mérida, no os olvidéis de viaitar esta pequeña librería. Os gustará.

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Librería Libros Traperos (Murcia)

Esta semana he estado en Murcia, disfrutando del simposio de la Sociedad Española de Lingüística. Llegué el domingo por la noche y como el congreso no empezaba hasta el mediodía del lunes, dediqué esa mañana a callejear por la ciudad. Además de comprobar la belleza de sus monumentos tuve tiempo para perderme en una de sus librerías más carismáticas, la librería Libros Traperos.

La elección no fue arbitraria. A mitad de semana, cuando yo ya habría regresado a casa, una amiga mía (la morfóloga y poetisa Elena Feliu) iba a presentar en esta librería su último poemario (otro día os hablo de esto). Frustrada por no poder compartir con Elena este momento, pensé que al menos debía pasarme a conocer la librería. La visita no me decepcionó.

Cuando una visita una librería de segunda mano va preparada a pasar una jornada de lo que yo llamo <<trabajo arqueológico>>. Efectivamente, lo habitual es dedicar tiempo a descubrir, entre decenas de títulos de dudosa calidad, algo que merezca la pena. Siempre encuentro algo, es cierto, pero a fuerza de buscar, mirar con detenimiento y desechar, desechar.

Pero esa mañana de lunes yo no estaba en una librería de segunda mano al uso. Os puedo asegurar que el fondo de libros que encontré se parecía mucho al que tienen mis librerías de referencia. Una selección cuidada que hace de Libros Traperos un lugar muy especial.

Y más allá de ese maravilloso fondo de libros, esta pequeña librería murciana tiene todos los ingredientes para ser un lugar de visita obligado: la familiaridad con la que te acogen, la interesante oferta de eventos culturales o incluso los marcapáginas que regalan, diseñados por artistas locales, marcan la diferencia.

Y, por si todo lo anterior no fuera suficiente, estamos ante una ONG laica, humanista e independiente, que utiliza los beneficios en llevar a cabo distintos proyectos solidarios. Si te acercas a Murcia, no olvides hacer una parada en este pequeño rincón de cultura, libros e ilusión.

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Librería La República de las letras (Córdoba)

Estos días he estado en un congreso en la ciudad de Córdoba (en España). Dos días maravillosos de trabajo en los que el ritmo ha sido muy intenso. Para compensar, en cuanto terminamos, Felisa y yo preguntamos a nuestros anfitriones por una librería en la que recuperar un poco de calma. Y la recomendación no pudo ser más acertada. ¡Gracias, Ana y Lucía!

Nada más entrar en La República de las letras una ya se siente en casa. Además de una mesa llena de novedades, en las primeras estanterías nos esperan viejos amigos: la editorial Seix Barral, Acantilado, Pinguin… la librera me sonríe y acepta que me ponga a hacer fotos. Repaso con la vista los títulos de los libros y noto el efecto balsámico que esto tiene en mí. Sonrío. Una buena librería nunca falla.

Deambulo por los pasillos. Tienen un fondo de libros impresionante y me dejo llevar por la curiosidad de saber cuántos rincones más me esperan un poco más adelante: aquí el de poesía, un poco antes las novelas gráficas. Si sigo más adelante, la historia, la lingüística, los clásicos españoles…

Y, al fondo, un grupo de personas ocupan la última sala sentados, en silencio. Una voz clara y serena ocupa todos los rincones de esta última zona de la librería. Están disfrutando de un recital de poesía.

Lo más difícil de todo, desde luego, fue decidir qué libro nos llevábamos a casa. Pero en la decisión no estábamos solas. El buen gusto de la librera, bibliotecaria de formación, nos puso las cosas más fáciles de lo pensado. Ya os contaré por aquí más adelante que tal me ha ido con la decisión.

Un rincón mágico en una ciudad deliciosa. Después de elegir un par de libros, nos sentamos a charlar con una cerveza. A la República de las letras no le falta detalle. Volveremos.

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Librería El Estudiet (Benasque)

Ha sido un fin de semana muy especial, del que ayer Mamen os regaló un primer capítulo. En concreto a lo vivido el sábado. Pero todo comenzaba el viernes por la tarde, en un espacio que se ha convertido en referente de cultura en la zona.
Ese día llegábamos a Benasque, con el tiempo justo para dejar maletas y, sin pausa, acercarnos a la librería El Estudiet, situada en pleno casco de la ciudad. La razón de tanta prisa era unirnos a un encuentro del club de lectura CLAVBE (Podéis encontrar más información en su pagina de Facebook). A las 8 de la tarde comenzaba un debate sobre el primer libro que compone la gigantesca obra En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust. Aunque he de confesar que mi intento de leer el libro quedó anclado en la pagina 16. Me temo que Proust no es para mí. Pero quién se haya leído la reseña de Mamen podrá encontrar argumentos más que de sobra para intentar acercarse a este primer volumen.
Como corrimos mucho por las bonitas calles de Benasque, nos quedó tiempo para admirar el magnífico espacio en el que se encuadra la librería.

Aprovechado la planta baja de una casa preciosa, Felisa, su dueña, ofrece a todos los que se acerquen un entorno único, donde se respira tradición y libros. La librería El Estudiet es mucho más que un bonito espacio lleno de libros. Es una librería que ha impulsado un movimiento cultural en la zona a través de los libros. Sus paredes de piedra y sus estanterías de madera son un oasis de tranquilidad para desconectar del ritmo vertiginoso que marca nuestro día a día. Atraídos por una entrada que da a un jardín cuidado, una gran cristalera abre al paseante este lugar de encuentro. Imposible no caer rendido ante la belleza del lugar.
No pudimos evitar la tentación de comprar un libro, que tenía una entrañable anécdota detrás. Dejaré a las protagonistas la intimidad de ese momento, aunque puedo decir que la vida ofrece momentos únicos.

Después vino el momento de enfrentarse a Por el camino de Swann. Los asistentes al debate fuimos partícipes de una sensación general: no es una obra fácil. Hubo una idea que, creo, quedó impresa en todos; al hilo del debate por la dificultad y la intención de Proust al escribir su obra, una de las personas sugirió que, al igual que el impresionismo plasmaba la realidad a través de los ojos del artista, había que considerar En busca del tiempo perdido como un libro impresionista, que busca reflejar la vida a través de las sensaciones y recuerdos de su autor.

Fue una delicia participar en un debate rico y variado. Al igual que cada uno de nosotros entiende la lectura.
Empezaba el fin de semana y ya estábamos felices.

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Quorum libros (Cádiz)

La de hoy es una reseña extraña. Porque no solo quiero hablar de una librería de Cádiz . Quería hablar de Cádiz. Quería volver a sentir su ambiente, su luz, su gente. Quién se haya acercado hasta ella seguramente sabrá a lo que me refiero.
Fueron dos días, únicamente. No hizo falta nada más para saber que volvería una y mil veces. Sus calles, la historia que les acompaña, mucha de ella inventada a golpe de humor, te envuelven y te susurran para que nadie se sienta extranjero. Es una ciudad acogedora, con el encanto de saber disfrutar de todas las cosas buenas que tienen. Todos tenemos la imagen de los carnavales, de las chirigotas, sin embargo, es una ciudad dinámica, laboriosa, que concibe la vida como una celebración. Alegría. Esa sería la palabra y el sentimiento.
Pasear por su centro histórico es ver esa ciudad activa, tan alejada de los estigmas que arrastran desde el principio. Y al doblar cada esquina vemos pequeñas joyas, construidas con esa piedra arrancada al mar. Lugares atemporales que invitan a disfrutar con calma.
Y una de esas joyas es la librería Quorum libros, asentada en la calle Ancha, número 27.

Desde las pequeñas cristaleras de sus dos escaparates, uno no puede imaginar las sorpresas que esconde. La primera: su amplitud. Cuando parece que has llegado al final de la misma, se abre un nuevo pasillo, y así, sucesivamente. Hasta llegar al final real, donde te das cuenta que la entrada está lejos, muy lejos.
Pero la gran sorpresa la encontramos en su secciones. Su temática es inagotable, incluida una generosa sección de títulos relacionados con temas gaditanos. Hay espacio para la novela gráfica y el cómic, para libros técnicos, de texto, ensayo, y un largo etcétera, que nos da idea del grandisimo fondo que esconden sus estanterías.
Es un espacio hecho para sentir cada libro, con una arquitectura que combina los materiales modernos con la tradición en la construcción de la zona. Sus arcos interiores, sus paredes desnudas, que nos muestran orgullosas su solidez, crean un ambiente inmejorable para que la compra sea toda una experiencia.
Nosotros, como no podía ser de otra manera, caímos. Aunque esta vez solo fue un libro (posible candidato a la próxima edición del club de lectura).

No fue por falta de ganas, y opciones, por lo que no compramos más libros, pero es que nuestra lista de pendientes que hay en casa raya la locura.
Así que, si buscáis más razones para visitar esta ciudad, esperemos que estas líneas os sirvan para decidiros del todo.
No os arrepentiréis.

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La cuesta del Moyano (Madrid)

La calle de la que os quiero hablar en esta entrada se llama Claudio Moyano, pero todos los conocemos como La cuesta del Moyano. Junto al Jardín Botánico, a pocos metros de Atocha y del Retiro, es una cita obligada si tienes la suerte de pasar por Madrid.

Los libros de segunda mano se combinan con las novedades en las distintas casetas y en las mesas colocadas en medio de la calle peatonal. ¿Tienes tiempo entre tren y tren y no sabes qué hacer en Atocha? Sal a la calle, cruza y sube la cuesta en busca del próximo libro que te hará feliz.

Si me pierdo, este es uno de los lugares en los que me podéis buscar. Se trata de la caseta de Efrén Benítez Díaz, que tiene una selección de libros que poco tiene que envidiar a la que encuentro en mis librerías favoritas: el gran Zweig comparte espacio con las novedades editoriales más apetecibles.

Un lugar para ser feliz. Y si quieres seguir conociendo más este rincón antes de que tengas la oportunidad de acercarte por allí no dejes de pasar por el proyecto Territorio Moyano. Que te diviertas 😊

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Libreria Quercus (Salamanca)

La semana pasada pasé unas horas en Salamanca. Ya sabéis que allá donde voy me gusta visitar alguna librería y esta vez no fue una excepción. Paseando por el centro topé con esta librería anticuaria, en la que los libros antiguos conviven con libros más actuales de segunda mano.

Es un comercio no muy grande, pero los metros están muy bien aprovechados con distintas estanterías. Libros de filosofía, historia, psicología, derecho o arte junto a las obras más clásicas de la literatura. Especialmente recomendable la colección de novelas de literatura juvenil que me llevaron a finales de los 80, en aquellas tardes infinitas en las que Jim Hawkins o Huckleberry Finn me hacían vivir mil aventuras.

Como ellos mismos dicen, quieren darle una nueva vida a la sabiduría, desde el comercio tradicional y sin intermediarios. No podemos estar más de acuerdo. Necesitamos rincones como este en todas nuestras ciudades.

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Librería Cámara (Bilbao)

Estos días de Semana Santa nos hemos venido a disfrutar de la ciudad de Bilbao. Y esta mañana, aprovechando que abrían los comercios, nos hemos acercado a una de las librerías más interesantes de la capital vizcaína. Habíamos leído que contaba con más de 80 años de historia y que merecía la pena acercarse. No nos ha defraudado.

Lo primero que nos ha llamado la atención es la excelente selección de libros que contiene. Sus estanterías están repletas de los títulos y las editoriales más atractivos, tanto en novedades como en clásicos. Una estantería con libros de Acantilado frente a otra llena de los de Alfaguara me han hecho sentir en casa nada más entrar. Pero una revisión más detenida del resto nos ha descubierto verdaderas joyas, incluyendo títulos de editoriales independientes. Alguna se vendrá con nosotros a Zaragoza y os hablaremos de ellas por aquí pronto.

La librería no es demasiado grande, pero el fondo de libros con el que cuentan no es nada desdeñable. Y además de narrativa tenemos secciones de ensayo, música, cine, arquitectura… y revistas. En definitiva, un local que no podéis dejar de visitar si os acercáis a Bilbao. Es uno de esos templos de los libros que tanto nos gusta conocer a los amantes de la lectura. Recomendada.

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Otaku Center (Madrid)

Maravillosas sorpresas se esconden en cada rincón que estamos recorriendo en nuestras vacaciones. Ayer, por sugerencia de nuestra pequeña Elsa, nos tocó descubrir en Madrid Otaku Center, el paraíso para los amantes del manga. Mamen y yo, que no somos muy aficionados a ese mundo, no pudimos dejar de asombrarnos por el tamaño de la librería, sus interminables estanterías repletas de cómics, figuras y merchandising relacionado con Japón y su cultura.

Un rincón en la ciudad donde se dan cita todo lo que se pueda imaginar dentro de la cultura manga.
De que somos muy neófitos en este tipo de literatura da idea que descubrí ayer que se leen de atrás a adelante. Una cosa más que aprendí.


Con un aforo máximo, muy limitado por la covid, de 30 personas, el flujo de entradas y salidas es interminable. Por edades, los más numerosos eran los adolescentes, lo cual nos alegra muchísimo. Pero es una librería que invita a familias enteras a visitarla. La gente joven está interesada en leer, una gran noticia y librerías como ésta fomentan esa afición. Ahora nos toca a los que somos un poco más veteranos empujar un poco para que no decaiga el interés.
Un lugar de encuentro, a pocos minutos de la Gran Vía. Un pedacito del imperio del sol naciente a nuestro alcance.

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Librería Gil (Santander)

Tenemos la suerte Mamen y yo de entender las vacaciones como un momento para conocer mucho más acerca de nuestra pasión por los libros. Y aprovechando los días que estamos pasando en Santander, era obligado conocer alguna de las muchas librerías que se ubican en esta bella ciudad. La elección, puro azar, quiso llevarnos hasta Libreria Gil. Mejor dicho, a una de las librerias que tienen en la capital. Fundada en 1963 por los padres, ahora la gestionan  cuatro hijos, encargados de dar vida a tres librerías y un centro distribuidor.


Nosotros fuimos a la ubicada en la calle Hernán Cortés, muy cerca del paseo marítimo. Y salimos encantados, con una sonrisa y dos libros bajo el brazo. Si no pecamos no somos nosotros.

Distribuida en dos plantas, nuestro centro de atencion principal fue la superior, donde nos quedamos maravillados de cómo presentan los libros sobre las estanterías. Los habíamos visto ordenados por géneros, por índice alfabético, por editoriales, etc…, pero esta es la primera vez que los vemos ordenados y presentados por países o regiones. De una parte teníamos literatura inglesa, de otra francesa, por supuesto no faltaba la hispánica, la de más volumenes. Pero era una maravilla poder ver libros de origen nórdico o sirio, por ejemplo. Tener a tu alcance tal variedad de autores, de formas de entender la literatura, hizo que la visita fuera un regalo.


La sección de ensayos también nos llamó poderosamente la atencion. ¡Toda una sala dedicada a estos libros! Su variedad y la pluralidad de su temática redondeó una visita inolvidable.


También queríamos dar las gracias a las personas que trabajan allí, que nos atendieron con tanta amabilidad y que me contestaron pacientemente a varias preguntas sobre unos libros.


Una mañana bien aprovechada, que nos permitió conocer una nueva forma de presentar aquello que amamos.