Publicado en Libros, Novela

El problema final (Arturo Pérez Reverte)

Tenía ganas. Muchas ganas. Después de unos últimos libros que me habían despegado del autor, con El problema final me he reconciliado un poquito. Ha vuelto ese autor de tramas redondas, personajes interesantes y diálogos brillantes. Deja de lado las historias negras y realistas para volcarse en un homenaje fantástico a las novelas de misterio clásicas.

Desde la primera página, Pérez Reverte nos lleva de paseo por los caminos ya transitados de Sherlock Holmes. Tenemos un homenaje al actor que le proporcionó las características físicas que han llegado hasta nuestros días: figura espigada, nariz aguileña, pipa, etc… Y funciona. Porque el protagonista se nos dibuja nítidamente y el viaje al misterio es cómodo y conocido.

Pero, y he aquí el por qué me alegro tanto de que Pérez Reverte haya vuelto. La trama nos engancha, impidiendo que cerremos el libro. Su lectura es sencilla y supone un desafío constante a nuestra mente detectivesca. Sabemos que hay trampa, algo que nos recuerda constantemente el protagonista, pero, así y todo, aceptamos el desafío.

Hay un poco de ese autor irreverente y polémico. Pero, al dejar al margen su ideario político, incluso sus opiniones sobre el Hollywood clásico pueden ser hasta simpáticas.

Es, quizá, contradictorio pero, que funcione una novela de corte clásico en pleno siglo XXI, es un soplo de aire fresco entre tanta novela negra. Su argumento, alejado de la suciedad moral que tiene tanto tirón ahora, me reconcilia con los detectives. Es la prueba de que el misterio, por si solo, es un gancho para construir una gran novela.

Autor:

Lector compulsivo, aprendiz de todo, curioso de la vida y niño grande.

Deja un comentario