Publicado en Cómic, Libros

La venganza del guerrero repudiado (Hiroshi Hirata)


Aproveché el mes de agosto para darme caprichos con lecturas de novelas gráficas y comics. Es mi forma de desconectar del ritmo vertiginoso que nos suele absorber sin darnos cuenta.
Aunque no he sido muy afortunado con mis elecciones de este año, siempre hay alguno para destacar y salir en el blog.
El de hoy es mi primer manga. Nunca me había acercado al universo del cómic oriental, aunque no sabría decir una sola razón objetiva que me alejara de ellos.
Me costó mucho leerlo, puesto que olvidaba continuamente que se leen de derecha a izquierda y en repetidas ocasiones perdía el hilo del argumento, quedándome con la sensación de no entender los diálogos. Nada que no se solucionase con una segunda lectura, que hizo que pudiera apreciar ciertas características que ensalzan las dos historias incluidas en el volumen.
Una elección que vino de la mano de un fenómeno que siempre me interesa: su prohibición. Durante muchos años estuvo vetada al público, puesto que su argumento versa sobre la casta más baja en la que se dividía la sociedad nipona feudal. Una casta a la que se les denominaba los no hombres, pues no tenian derechos y sus vidas no valían nada. Durante los años 60, hubo un movimiento que defendía los derechos de esa casta (aunque me imagino que en el Japón actual no tendrá cabida esa división). Esta organización denunció a la editorial que publicaba la historia, llegándose a quemar públicamente ejemplares de la misma. Ante la violencia de los hechos, la historia de este guerrero samurai pasó a las sombras y no fue hasta hace pocos años, que se ha podido recuperar.
Debo decir que su historia ultra violenta no terminó de gustarme, como tampoco el estilo gráfico del autor. Pero al ser mi primer acercamiento al manga, posiblemente me falten elementos más objetivos para juzgarlo, más allá de mis sensaciones.
Buscando información sobre su autor, está considerado uno de los maestros de ese estilo de manga, así que tomad mi opinión anterior como lo que es, una simple sensación de lector.
Siempre es bueno conocer otras expresiones artísticas, aunque estas se salgan de lo usual. Pero merece la pena, siempre merece la pena.