Este fin de semana Javi y yo caímos en la cuenta de que Antonio Tabucci no era un autor portugués, sino italiano y que, por tanto, podía ser parte de este viaje libresco por Italia que llevamos entre manos. A los dos nos había encantado en su momento Sostiene Pereira, por lo que decidimos buscar otra de sus novelas. Y elegimos esta.
No podíamos haber elegido mejor. Tabucci es un autor completo. Todo el que lo ha leído sabe que domina como nadie el lenguaje, pero además cuenta historias interesantísimas, que te atrapan desde el inicio, te presenta personajes sólidos, creíbles y toca temas que te dan qué pensar. No se puede pedir más.
En esta novela, además de entretenernos con una interesante historia de detectives (tenemos un muerto desde el principio y el protagonista va investigando hasta conocer la verdad), nos regala unos personajes maravillosos, a los que dota de personalidad y de voz propia. De entre todos ellos, yo destacaría al abogado. A Javi no le acabó de gustar este personaje pero a mí me pareció fabuloso. Si os la leéis, ya me diréis a quién le dais la razón.
Y además de todo, Tabucci te deja pensando en cómo funciona la sociedad en general y la justicia en particular. Este escritor es capaz de hacer una crítica social al mismo tiempo que nos permite reflexionar sobre la propia naturaleza del ser humano. Recomendada.
El sitio de mi recreo 