Seguimos haciendo nuestro viaje libresco por tierras italianas. Un viaje que nos está permitiendo paradas muy bonitas y otras no tanto.
A la novela de Nicolás Ammaniti todavía no sé, a estas alturas, dónde clasificarla. Por momentos es divertida, a ratos describe la realidad italiana de una forma descarnada y en otras, las menos, juega con los límites de la distopía. Y todo, cambiando de registro en apenas tres líneas. Un tanto mareante, para mi gusto.
El comienzo plantea un argumento muy interesante, con personajes que se presentan divertidos y llenos de vida. Y la forma que envuelve Ammaniti a toda la historia es de fácil lectura.
Pero, tenía que haber un pero, las situaciones que plantea en varios capítulos son excesivamente sobreactuadas. Recuerda a muchas novelas que se clasifican dentro del género del humor. Y eso hace que su crítica social y sus momentos de ciencia ficción se queden diluidos. Para mí gusto, potenciar las dos segundas hubiera sido mucho mejor para el libro. La caricatura de los personajes es excesiva y ciertos diálogos no hacen justicia al momento. Por eso, repito, la novela fluctúa constantemente entre mi agrado y mi fastidio.
Con todo lo dicho, no me queda ninguna duda en recomendar a uno de los escritores más famosos de Italia. Sus libros se convierten en éxito y ventas y en muchos momentos de las páginas de Que comience la fiesta el lector puede comprobar las múltiples razones que han permitido ese status de estrella.
Es un problema mío con el humor, o mejor dicho, con el uso en ciertas ocasiones de un humor que me parece forzado e innecesario. Aunque las ventas y críticas opinen lo contrario.
Quizá no deberían hacerme caso y lanzarse a leer sobre la gran fiesta romana y su fauna, aunque cueste diferenciar cuando se refiere a la humana y cuando no.
El sitio de mi recreo 