
¿Quién no ha oído hablar de los dioses del Olimpo o de los míticos héroes que pugnaban por alcanzar la inmortalidad? ¿Troya, Atenas, Alejandría? Tantos nombres y lugares que forman parte de nuestra cultura. Casi nada nos suena extraño de ese mundo que se movía hace cerca de 3.000
años. Tal es la influencia del mundo clásico que nadie es ajeno a nada de lo que nos ha llegado desde esa parte del Mediterráneo.
Javier Reverte nos lleva de viaje a esa época, no solo a las ciudades que heredaron (y perdieron) la grandeza narrada por Homero.
Se trata de un recorrido monumental por el comienzo de la filosofía, con sorpresas increíbles para el lector no iniciado (estad tranquilos, no desvelaré nada). Conoceremos al primer viajero de la historia, que sufrió de manera única los desafíos de los dioses. Dioses crueles y egoístas, llenos de odio, tal y como se refleja en los hombres. Porque no olvidemos esto: somos los únicos responsables de lo que ocurre en este diminuto rincón del
universo. Los dioses han servido para justificarnos. Y los héroes, como Aquiles, Hércules o Teseo, son el doloroso recordatorio de nuestra capacidad de hacer lo mejor y lo peor. Pero dejaré al lector las disquisiciones filosóficas que van surgiendo en el viaje del autor. Nosotros nos quedaremos con un trayecto salpicado de personas irrepetibles, llenos de vida, que componen una maravillosa galería y nos ayudan a entender el presente de esos territorios míticos.
Javier Reverte fue un escritor que daba lo mejor de sí mismo cuando se alejaba de su casa. Con un sentido del humor delicioso, y una mirada curtida por sus años de periodismo, sus narraciones nos llevan a viajar con él y a sentirnos como ese compañero de viaje que no puede
dejar de asombrarse a cada paso que da.
No estamos ante un libro de viajes al uso. Lo que nos ofrece Reverte es filosofía,
antropología, psicología e historia. Todo condensado en breves capítulos llenos de vida.
Todo viaje acaba, tiene fecha de vuelta. Pero Corazón de Ulises no contempla el regreso. Su itinerario comenzó hace siglos y sigue acumulando recuerdos y fotografías inolvidables