
Todos los años hay un libro que transita conmigo por los últimos días antes de Nochevieja y los primeros después de año nuevo. Un libro que puntúa ya como el primero de un nuevo ciclo, aunque trae elecciones del pasado. Este año ha sido esta novela social de Colombani.
Os la propuse como lectura de enero sin haber leído previamente La trenza, confiada por la fama que tuvo aquella ópera prima y por una sinopsis que prometía una historia bastante potente. Las votaciones dejaron claro que nunca fue una opción para vosotros. No sé si porque conocíais el libro anterior y no os gustó o simplemente porque las otras opciones eran más deseables. Sea como fuere, yo ya me había quedado con las ganas de leerla y me puse a ello antes de acabar el año.
Las vencedoras combina dos historias increíbles de mujeres fuertes. Ambas ambientadas en París, con un trasfondo y un entorno similar, pero en épocas distintas. De las dos, yo me quedaría con la ambientada en el pasado, aunque lamentablemente está mucho menos desarrollada y es más breve que la que se sitúa en el presente. Ambas, en cualquier caso, son historias de superación, de esperanza, de justicia social. Bien escrita y con un mensaje potente, ¿qué podría salir mal?
Pues me temo que a pesar de todo la novela no me ha gustado nada. Creo que con el material que tenía y su forma de contar habría sido mejor que escribiera un ensayo. O un guion de cine, porque en cierta forma el desarrollo de la historia y especialmente de las escenas finales es muy cinematográfico. Sin embargo, como novela de ficción no funciona. Al menos no para mí.
La autora está tan preocupada por transmitirnos su mensaje de mujeres fuertes que se olvida de darles espacio y oxígeno a sus personajes. Estos aparecen casi como excusas para poder ejemplificar lo que ella tiene en la cabeza. No les deja desarrollarse, emanciparse, vivir. La voz de la narradora omnisciente esta omnipresente, para que no se nos escape nada de lo que quiere transmitir. Lo importante no es lo que les pasa a los personajes, sino lo que ello simboliza. Y así no funciona la ficción, al menos no para mí.
Me da pena, porque la autora escribe bien y el material que manejaba era francamente bueno. Me dan ganas de leer La trenza, para comparar resultados y ver si una novela en la que los personajes aparecen secuestrados por la autora puede convertirse en un éxito de ventas o si, por el contrario, en su primera novela la autora soltó un poco las riendas. Pero como no la voy a leer, al menos no de momento, os pediré a los que la hayáis leído que me contéis qué os pareció.
Comienzo un nuevo año lector y con él un nuevo planteamiento. Este 2023 me he propuesto hacer lo que nunca hago: mantenerme dentro de mi zona de confort y dedicar los próximos 12 meses a leer autores que ya me hayan hecho feliz en el pasado. Comienza un año en el que quiero parar y profundizar en lo que me gusta. Renuncio a retos ajenos y me centro en mis autores favoritos. Ya veremos si lo mantengo y cómo resulta la experiencia . Os lo iré contando por aquí.