Me paso por aquí para contaros que ya llevamos más de una semana leyendo el ensayo de Damasio. Por ajustarme un poco al ritmo que marcamos os hablaré de sus dos primeros capítulos, que corresponden a las 100 primeras páginas.
No pueden ser más distintos. El primero, que entiendo casi como una justificación del ensayo mismo, nos acerca al Damasio más narrativo y personal. Su búsqueda de Spinoza por las calles que le vieron pasear, la casa en la que murió e incluso la tumba que no lo custodia nos permite entender el espíritu con el que arranca este libro. Frente al dualismo de Descartes, Damasio reconoce en Spinoza una defensa de lo emocional que entronca muy bien con lo que él mismo encuentra en el laboratorio. Como ya nos ha dicho en otras ocasiones, no somos los seres racionales que somos <<a pesar de nuestras emociones>>, sino a través de ellas.

Frente a este carácter humanista y narrativo del primer capítulo, el segundo se sitúa en un marco mucho más técnico. Bienvenidos a la neurociencia. La pregunta de fondo es el origen de los sentimientos y la respuesta es clara. Tanto desde el punto de vista filogenético como en nuestra experiencia cotidiana, las emociones y los apetitos preceden y causan el sentimiento. Los que hemos cursado asignaturas dedicadas a la emoción no hemos olvidado el impacto de esta revelación. Las emociones (irracionales, primarias, corporales) son previas a la racionalización y conceptualizacion de lo que siento. Al revés justo de lo que uno intuiría.
Un ensayo superinteresante sobre la esencia emocional del ser humano, de la pluma de un científico humanista que sabe de lo que habla y sabe cómo contarlo. Lo estoy disfrutando mucho. Sin embargo, tengo que advertir que se trata de un ensayo mucho más técnico de lo que esperaba y que a algunos lectores esto les puede resultar duro de afrontar. Mi consejo en esos casos es que se renuncie a los detalles y se disfrute del relato general. No es quizá tan importante de qué zona concreta del cerebro estamos hablando en cada caso como la propuesta general de en qué se basa nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos.
Creo que este ensayo, como todos los buenos, permite varios tipos de lectura y con cualquiera de ellos se disparan las preguntas más importantes: ¿por qué siento lo que siento y hasta qué punto mi cerebro consciente es capaz de controlarlo? Seguiremos leyendo.