Publicado en Libros, Novela

La señora March (Virginia Feito)

Juega Virginia Feito al despiste. Juega con lo que esperamos a la vuelta de cada página que pasamos. Juega con la ambigüedad y las medias verdades. Y juega con el argumento.
Toda la novela es un zigzag de emociones, que tan pronto te llevan hacia el relato psicológico como, después, hacia el misterio.
La señora March es una protagonista dulce, que disfruta del bienestar de los demás. Pero, un capítulo después, su sonrisa hiela el ánimo del lector.
Quizá la historia tarda en arrancar, pues no sabemos qué estamos leyendo. Pero una vez cogido el ritmo, su trama, o mejor dicho, el juego de adivinar, nos atrapa hasta el final.
La atmósfera que envuelve el día a día de la protagonista es parte de esa trama, pues nos está constantemente dando pistas, algunas falsas, otras más importantes de lo que parecen. Nada en la novela está puesto al azar. Todos los detalles importan y juegan su papel. Tal y como es la vida misma.
Virginia Feito juega muy bien al despiste, siempre al filo de la respuesta. Y el lector asume ese papel de testigo, expectante.
No hay buenos y malos. No hay un motivo. Lo que subyace en sus páginas es la vida. Sin músicas épicas que suenan de fondo acompañando cuando se descubre el misterio. La historia, nuestra historia, la de cualquiera de nosotros, ya es suficiente para crear la mejor de las novelas. Y eso es lo que ha hecho su autora: crear de lo cotidiano una gran novela de misterio.