
Stieg Larsson causó un grandisimo revuelo cuando se publicó su trilogía Millennium. Por desgracia su repentina muerte truncó una trayectoria que tenía visos de marcar época. Sus tres novelas conocieron adaptaciónes cinematográficas, europeas y americanas. Amén de suponer un resurgimiento de la afición del lector europeo por la novela negra.
Y, por supuesto, también conoció parodias humorísticas que, con más o menos fortuna, intentaban jugar con señas y personajes de la trilogía.
Este es el caso del libro de hoy. Con una clara intención de reírse de una sociedad tan alejada de la nuestra, el autor (camuflado bajo pseudonimo), narra la historia real que hay detrás del éxito de la trilogía.
El protagonista, sueco y muerto, se encuentra con que sus herederos han desvirtuado su novela de 150 páginas para convertirla en tres voluminosos libros. Con el propósito de revelar la verdad, comienza la narración donde empezamos a reconocer personajes de las novelas originales. Su trama es lo de menos. Con lo que juega su autor es el disparate de hacer caricaturas de personas y maximizar sus locuras y extravagancias. Incluso plantea finales alternativos con el fin de acentuar la comicidad de la novela.
Es una lectura ligera, quizá no tan divertida como presagia su comienzo, pues hay un abuso de las situaciones tan disparatadas que consigue un escenario irreal. Esta atmósfera nos distancia del humor. Pero hay momentos de sonrisas, sin duda. Hay críticas afiladas, con reflexiones que se podrian aplicar a momentos actuales de nuestra sociedad.
Un buen entretenimiento, una buena curiosidad para los fans de la trilogía original. Muy recomendable.