
El libro que os traigo hoy es un ejemplo claro de la importancia del género literario por encima de muchos otros aspectos de un libro. Por mucho que te pueda atraer el argumento o algunos de los temas que plantea la novela, si no te convence el género al que pertenece, no hay nada que hacer.
El penúltimo sueño comienza de manera muy potente. Dos ancianos aparecen muertos en un pequeño apartamento. Están vestidos con traje de novios y la causa de la muerte es el suicidio. Para acabar de redondear el misterio, ni la hija de ella ni el hijo de él conocen a la pareja de su progenitor. Ni siquiera los vecinos saben nada de esta historia de amor. Un misterio en toda regla que, por separado, investigarán tres personajes de la novela: los hijos que he mencionado y el policía responsable del caso.
A través de sus investigaciones, conocemos una buena historia. No voy a revelar nada, por si os animáis a leerla, pero la verdad es que toca temas muy interesantes, como las relaciones entre personas de clases sociales diferentes, las consecuencias de la guerra en la trayectoria vital de un joven, el dolor de renunciar a uno mismo, o la naturaleza de la relación de pareja. Buenos mimbres para una historia. Todo parecía indicar que me podría gustar.
Y estoy segura de que la habría disfrutado, si no fuera tan fiel al género literario elegido: la novela romántica. La estupenda historia que sirve de hilo conductor se ve oscurecida por la alargada sombra del género romántico. Desgraciadamente, no puedo tomar en serio una novela que me repite cada 5 minutos la belleza etérea de los personajes femeninos. Mujeres semidiosas que parecen levitar más que andar y que desprenden un áurea divina en gestos cotidianos como retirar el cabello de la cara. Me resulta absolutamente imposible tomar en serio un argumento por lo demás interesante si todo el mundo encuentra absolutamente irresistible a alguien y se enamoran hasta la médula con un simple aleteo de pestañas.
Entiendo que el género tiene su público. Se que a mucha gente le gusta la propuesta del amor romántico, un amor predestinado y único que dura toda la vida y que te puede llevar al cielo o arruinarte para siempre. Así que, si te gusta el género, te recomiendo vivamente esta novela. Tiene todos los ingredientes que uno esperaría, incluida la bruja que lee el futuro, la escena subidita de tono y almibarada hasta el infinito o los giros inesperados y dramáticos de guión. Yo, desafortunadamente, no soporto todo esto y tengo que reconocer que la he terminado en diagonal. Para gustos, los géneros literarios.