
Periodo de vacaciones. Tiempo de relax, de recuperar sueño y disfrutar de momentos que diariamente nos son negados por el trabajo y demás obligaciones cotidianas.
Para mi, significa, además, tiempo de esas lecturas más ociosas, que me reconcilian con el placer de leer. Y he de confesar que disfruto mucho revisando viejos comics, descubriendo nuevas novelas gráficas y, sobre todo, refugiándome en algunos de los autores de novela que más me han hecho disfrutar. Por desgracia dos de ellos nos dejaron hace algún tiempo, Mankell y Camilleri. Pero Simon Scarrow sigue tan activo como siempre y es mi tabla de salvación para estos periodos.
Acabo de terminar la entrega número 18 de su saga dedicada a Cato y Macro, dos de mis personajes favoritos de ficción. Y siguen proporcionandome horas de aventuras en mi periodo histórico preferido.
Nos volvemos a encontrar en la antesala de uno de los conflictos mas sangrientos de su epoca. La disputa entre el imperio romano y el imperio Parto fue una de las pocas derrotas, a largo plazo, del coloso mediterráneo. Al igual que por el norte tuvo que usar el rio Rhin como frontera natural contra las tribus germanas, en Oriente hubo de aprovechar el Éufrates para el mismo fin.
Como siempre, Scarrow maneja magistralmente los momentos de acción con aquellos que muestran las políticas de unos y otros. Sus dialogos son pequeñas píldoras de historia que nos ayudan a entender.
No hay tiempo para la tregua. Además, Scarrow vuelve a mostrar su lado didáctico al intercalar personajes reales, y su participación en la trama se ajusta a los actos que están documentados por los historiadores.
Los dos protagonistas siguen avanzando, sobreviviendo a las intrigas palaciegas y las batallas de sus legiones. Poco a poco sus caminos parece que se van separando, fruto de sus particulares intereses y edades. Pero novela a novela nos siguen entreteniendo con sus aventuras, con su ingenio, y por qué no decirlo, con esas hazañas más propias de súperheroes que de soldados.
Son novelas al más puro estilo Best-Seller, pero qué importantes son para seguir disfrutando de los libros y el mundo sin límites que nos ponen a nuestro alcance.