Publicado en Libros, Novela

Guerra y paz (León Tolstói)

Quería que este año 2022 fuera mi periodo de acercamiento a los clásicos. A pesar de mi afición por la lectura, tengo un déficit en cuanto a mis lecturas que se consideran imprescindibles para todo lector. Pues bien, me puse manos a la obra, y ya he leído a Dickens, García Márquez o Pardo Bazan.
Hace unos días, pregunté en Twitter que novela me recomendaban para seguir. Daba cuatro opciones y la mayoría votó por Tolstói y su Guerra y Paz. Una novela de 1200 paginas, en mi edición, me esperaba. Y no fue un comienzo fácil. El placido paseo por salones de té casi acaba con mi paciencia. No encontraba el objeto de los capítulos iniciales, más allá de la presentación de algunos de los protagonistas que me acompañarian durante las siguientes semanas. Parecía que la paz iba a acabar con mi paciencia. Sin embargo, pasadas esas páginas que no fui capaz de apreciar, llegaron los capítulos dedicados a la crónica de la guerra entre Francia y Rusia. Y uno, que es lector asiduo de lecturas bélicas, quedé sobrecogido por la profundidad psicológica que Tolstói sabe exponer en cada capítulo. Leer esos pasajes es adentrarte en la mente del ser humano, sentir el miedo, el sentimiento irracional que se apodera de un campo de batalla, el horror de la fragilidad del ser humano.
Y la novela coge impulso, va acrecentando su interés, los personajes nos llegan más y más adentro y estamos en vilo, pendientes de sus aventuras y penas. A la crónica bélica, detallada, se unen las historias de amor y devoción, que nos acerca la realidad social de la alta burguesía y nobleza rusa. Un retrato crudo, sin halagos fáciles.
Y los capítulos se sucedían, los personajes se van haciendo más familiares (cuesta un poco debido a la cantidad que salen), y el drama me atrapó hasta sus últimas lineas.
Quienes consideran Guerra y Paz como imprescindible tienen toda la razón. El poder hipnótico de la pluma de Tolstói consigue que su novela sea atemporal y siga generando nuevas legiones de fervientes admiradores.