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Las minas del rey Salomón (Henry Rider Haggard)

Hoy nos vamos de viaje. Hacia el continente africano, que tanta fascinación (y codicia) depertaba entre los europeos del siglo XIX. Lo hacemos de la mano de un escritor inglés que pasó allí varios años e inauguró un subgénero literario que se ha dado a conocer como Mundos perdidos.
Henry Rider Haggard triunfó con la publicación de Las minas del rey Salomón y, de paso, sentó las bases sobre un protagonista que ha servido de inspiración a Indiana Jones, por ejemplo.
Allan Quatermain, que llegó a tener una serie de novelas, es uno de los personajes más reconocidos de la literatura.
Su aventura arranca con su contratación para buscar al hermano de un ciudadano inglés. Esta búsqueda les llevará por unos territorios casi desconocidos para ellos y se veran inmersos en una lucha de poder entre las tribus que viven en esas tierras.
El paso del tiempo ha dejado muy maltrecha la novela, que aunque se sigue editando periódicamente, lo hace de forma muy minoritaria. El racismo que impera en sus páginas la está condenando al olvido. Pero siempre digo lo mismo: esta novela es hija de su tiempo, escrita en pleno apogeo del colonialismo, con una mirada sesgada sobre las razas. Su lectura debería ser con ojo crítico, sabiendo que sus virtudes van más allá de esos pensamientos fuera de lugar que podemos encontrar en sus páginas. De lo que estoy seguro es, que quemar esos libros no es la solución. Hay que desarrollar espíritu crítico, no censurar.
Porque su historia, su trama, merece la pena. Es un libro entretenido, ligero y que ha inspirado películas, géneros nuevos y personajes que siguen vigentes en nuestros dias.
Sepamos qué leemos, conozcamos y separemos lo que es bueno. Pero censurar, quemar, prohibir, etc… nunca ha traido nada bueno.