
Me sigo reiterando en mis palabras: una película nunca superará a la novela en la que se basa. Y reconozco adaptaciónes muy buenas como la que se realizó de la trilogía El señor de los Anillos. Pero la magia del negro sobre blanco jamás será igualada por el cine.
Toda estas lineas anteriores vienen a cuento de un libro que se vió engullido por una pelicula que acaparó elogios y millones de recaudación.
Si hablamos de Michael Blake pocas personas reconoceran al escritor que está detrás de esta magnífica novela. Y menos son los que han leído algún otro trabajo del escritor norteamericano.
Es cierto que Blake sustentó su fama detrás de un excelso trabajo como guionista, pero cuesta creer la escasa repercusión que ha tenido fuera de su país.
Con Bailando con lobos nos trajo un viaje hacia un mundo que se perdió no hace tantos años. La conquista del Oeste, con esa visión idílica de las praderas, fue un conflicto sangriento con un perdedor muy claro; tanto la población nativa como el ecosistema que les daba sustento desapareció bajo la codicia de los nuevos colonos que llegaban desde el este.
La historia, tan conocida por su adaptación cinematográfica, es apasionante y el autor consigue hacernos sentir los sentimientos de incomprension e injusticia de los protagonistas. Ese fue el gran valor de la obra. Sus descripciones son fascinantes y nos traen esas praderas llenas de vida. Los personajes, con diálogos llenos de sentido común, acertados, agilizan la historia y transmiten la manera de entender la simbiosis con la naturaleza que tenian los nativos. No es una novela complaciente con el papel del colono americano, ni tan siquiera con el ejército. Y me temo que las atrocidades que se narran se quedan cortas para la dura realidad que se debió desarrollar. Tampoco hay que caer en el inocente paternalismo y considerar que todo fue malo, pero desde luego, el «progreso» de unos supuso la extinción de una forma de vida.
Para quien se quedó con ganas, después de un final muy abierto, hay una segunda parte titulada El camino sagrado.
Y sí, la película está muy bien, pero el libro es muchísimo mejor.