
El calor asfixiante no fue obstáculo para disfrutar de una feria del libro que esperábamos con muchas ganas Mamen y yo. Aunque hay pasajes más acogedores dentro del Parque Grande para montar las numerosas casetas que había, el entorno lleno de árboles y fuentes sirve para ofrecer al visitante un paseo más que agradable.
Con todas los expositores ofreciendo lo mejor de sus catálogos y fondos, ayer era un día grande por la cantidad y calidad de autores que estaban firmando. Pudimos ver a escritores como José Luis Corral o Juan Bolea, y tampoco desmecian para nada los que se unirían después.
Mamen tuvo reencuentros fantásticos, como el que se dió con Omar Fonollosa, reciente ganador del premio Hiperion de poesía. Un pequeño vistazo a las páginas de su libro nos sirvió para reconciliarnos un poquito con la poesía.

Estas ferias nos sirven para descubrir pequeñas joyas que suelen pasar desapercibidas ante el poder de los grandes autores apoyados por la editoriales clásicas. En mi caso me hice con una novela de Michel Suñen que tiene, a priori, una pinta estupenda. Ambientada en nuestra tierra, su argumento no puede ser más atractivo, con una historia llena de misterio. En breve tendréis la reseña, pues será de las próximas en leer.
También Mamen aprovechó para coger ideas, y libros, que serán protagonistas en próximas ediciones del club de lectura El sitio de mi recreo.
Animaos a pasear por uno de los rincones más privilegiados de nuestra cuidad. Ese paseo, ya de por sí estimulante, se convierte en un placer inmenso al poder hacerlo acompañados de nuestros objetos de pasión.
