Publicado en Cómic, Libros

Mortadelo y Filemón (Francisco Ibañez)

Son sexagenarios y siguen tan divertidos como siempre. Y es complicado hacer reír a milones de lectores que pertenecen a generaciones diferentes. Pero es que nuestros protagonistas de hoy son muy especiales. Creados de la mano de Francisco ibañez, autor de otros clásicos del cómic como Rompetechos, El botones Sacarino o esa alocada comunidad llamada 13, Rue del Percebe, su trascendencia en la cultura popular ha traspasado cualquier límite imaginable para creaciones similares.
Nacieron como una parodia de Sherlock Holmes y el Dr. Watson e incluso el vestuario copiaba fielmente el que aparecía en las novelas de Conan Doyle. Pero estaba claro que ellos dos eran únicos y debían asentar un estilo propio en el cómic de los años 60 y 70. Costó un tiempo que fueran evolucionando hasta llegar a los albumenes actuales, sin embargo, era imparable el ascenso a la fama de los agentes de la TIA.

Hoy encontramos a Mortadelo y Filemón envueltos en tramas que tocan la realidad social. Son míticos los números que se dedican a los mundiales de fútbol, pero también a las Olimpiadas, a conflictos, a cualquier gran evento que podamos recordar. Nada queda fuera de la mirada humorística de Ibañez, y creo que los dedicados a la política merecerían ser objeto de estudio. Sin perder el humor, son capaces de realizar una radiografía precisa sobre la corrupción, el ansia de poder, etc…
Como toda trayectoria que se alarga en el tiempo, también ellos han sufrido sus altibajos. El más importante ocurrió a mediados de los ochenta, cuando su creador perdió los derechos sobre sus criaturas y vieron la luz historias realizadas por encargo a otros dibujantes y que bajaron mucho el nivel que sus fans demandaban. Pero todo pasa e Ibañez recuperó el control y siguió regalando momentos de evidente genialidad humorística.
Quiénes crecimos arropados en sus aventuras vemos la vida de una forma distinta. Los golpes duelen, pero dos viñetas más adelante la vida sigue y hay que poner tu mejor cara. No está mal para ser solo un cómic, ¿no creen?

Publicado en Libros, Novela

Hijos de los hombres (P. D. James)

Es inevitable acordarse de Orwell y su 1984 cuando nos acercamos a esta novela, escrita por una de las novelistas de misterio más famosas de los últimos años. Imprime su propio sello, pero las semejanzas entre una y otra propuesta saltan de inmediato.
Una distopia, una vez más situada en Inglaterra, y con un control de natalidad subyacente es el comienzo de la novela de James. Hay que reconocerle la creación de un ambiente muy sombrío, y los personajes que tienen su protagonismo muestran una cierta tendencia a derrotismo.
Al igual que Orwell, el punto de partida es la restricción de unos derechos fundamentales en favor de una convivencia pacífica. Pero, oh sorpresa, las limitaciones en esos derechos que socavan el libre albedrio del ser humano conducen a, en primer lugar, una inanición del espíritu, degenerando en una obediencia parecida a un rebaño de ovejas. En segundo lugar, en un proceso que irá creciendo exponencialmente, y conducirá a una rebelión contra unas normas que chocan frontalmente con la condición humana.
El estilo de James, acostumbrada a la creación de misterios, personajes ambiguos y diálogos que suelen abrir pistas falsas, aporta un punto de vista diferente con relación a la obra clásica de Orwell. En un momento dado olvidamos la crítica social y política, en favor de un relato de suspense. No es mala opción, siempre que seamos capaces de no estar comparando continuamente entre las dos novelas. Por ejemplo, el protagonista sigue durante toda la novela un camino que no termina de situarlo a favor o en contra del sistema. Nunca podemos estar seguro de si sus acciones están guiadas por la lucha contra el sistema o simplemente busca una salvación particular.
Las ideas subyacentes que maneja la autora empiezan a plantearse de forma muy seria en la sociedad. La falta de natalidad en el mundo occidental, la desigualdad de los recursos necesarios o el cuestionamiento sobre nuestra propia extinción son temas recurrentes que cada vez con más frecuencias destacan en las noticias. Pero que nadie se lleve a engaño, no hay respuestas en la novela, tan solo la amarga certeza que estamos abocados a un final dramático.
Como entretenimiento, Hijos de los hombres es una gran opción. Para aquellos que busque una reflexión más profunda siempre quedaran Orwell o Huxley.

Publicado en Ensayo

Cerebro y silencio (Michel Le Van Quyen)

Os traigo hoy un ensayo que me ha tenido enganchada los últimos días. Nada más recibirlo (llegó con otros cuatro libros más) me llamó muchísimo la atención. Y no solo porque se trata de una obra divulgativa sobre nuestro cerebro, que es uno de mis centros de interés desde hace años, sino por la historia personal desde la que arranca.

Este ensayo parte de una experiencia muy traumática. El autor del libro despertó un día con una parálisis facial provocada por el estrés. Para superarla, le diagnosticaron reposo absoluto. Acostumbrado a una vida llena de viajes, de conferencias, de jornadas maratonianas en el laboratorio… recibe la noticia con terror; en ese primer momento cree que este parón absoluto es lo peor que le podría pasar. Y, sin embargo, al poco tiempo de verse obligado a este silencio total (de falta de todo tipo de estímulos externos, de obligaciones, de preocupaciones, de movimiento extremo), comienza a sentir los beneficios. Este silencio no solo le va a ayudar a salir de su parálisis de forma completa y sin secuelas, sino que le va a cambiar completamente el modo de entender y de vivir su vida.

Una experiencia increíble, sin duda. Y si el autor hubiera sido una persona ajena a la neurociencia, su experiencia vital habría podido ser ya interesante de por sí para dar forma a un libro. Pero este ensayo es mucho más. Porque, como os decía, el autor es un reconocido científico con varias décadas de experiencia en el estudio del cerebro humano.

Cerebro y silencio es una obra rigurosa, basada en evidencia científica (cuyas referencias nos regala discretamente en las notas), que nos habla de cómo somos y qué necesitamos para huir de las enfermedades asociadas al estrés que todos, en mayor o menor medida, sufrimos. Además, esta muy bien escrita (y traducida) y, sin perderse en disquisiciones teóricas, nos habla desde una experiencia vital, al mismo tiempo que apela a lo que nosotros, los lectores, reconocemos como propio.

Leedlo si os interesa saber más del funcionamiento de nuestro cerebro (hay datos interesantisimos de cómo procesamos la información, del origen de la conciencia de uno mismo, de la influencia de los neurotransmisores o de las ondas cerebrales que emitimos cuando no hacemos nada). Leedlo si estáis preocupados por el efecto de la vida moderna en vuestra salud mental y física (ansiedad, dermatitis, intestino irritable…) y cómo reducirlo. Leedlo si dedicáis tiempo a la meditación u os interesa la experiencia mística y queréis saber qué ha descubierto la neurociencia al respecto. Os animo a que lo leais y a que le hagais caso y dejéis tiempo al silencio. A nuestros oídos suena aterrador, pero creo que merece la pena.

Publicado en Libros, Relatos

Miedo (Stefan Zweig)

Tal y como decía Javier en la entrada de ayer, los fines de semana calurosos como este son propicios para pequeñas lecturas que nos acompañen en los viajes, en las mañanas de piscina o en las tardes a la sombra. Pues bien, a la lista de recomendaciones que ayer nos daba él, podemos añadir el relato que os traigo hoy: una pequeña historia que se lee en menos de tres horas, pero que te regala un Zweig en estado puro.

En pocas páginas, el autor vienés vuelve a hacer la magia a la que ya nos tiene acostumbrados. Nos mantiene atrapados en la historia, tratando de adivinar quién es inocente y quién culpable. A medida que avanzábamos en la lectura, consideramos distintos finales posibles: tan pronto apostábamos por uno de los personajes y nos lo habríamos jugado todo por su inocencia, como nos parecía descubrir que era todo lo contrario. A lo largo de la mañana hemos considerado muchas opciones y, sin embargo, tenemos que admitir que el final nos ha sorprendido de algún modo a los dos.

Y, más allá de la intriga que entretiene muchísimo, Zweig en este relato vuelve a hablar de temas universales que nos permiten reflexionar sobre nuestra propia realidad. El autor habla aquí del sentido de la vida, de las relaciones familiares, de la culpa, del amor, del perdón y la venganza, de si existe el derecho a las segundas oportunidades, de la vergüenza, del deseo de morir y, sobre todo, claro está, del miedo. Emociones y sentimientos universales que hacen que esta pequeña historia transcienda el universo burgués de la Viena de hace más de un siglo y hable, en realidad, de todos y cada uno de nosotros.

Feliz sábado a todos. Si os animáis a entrar en este breve relato de Zweig, no dejéis de contarnos qué os ha parecido.

Publicado en Libros, Recomendaciones temáticas

Lecturas para un fin de semana

Estamos ya con el buen tiempo, es el momento de viajes a la playa, al pueblo. Y sabemos que es tiempo de retomar lecturas o empezar nuevos libros. Pero somos conscientes que ese fin de semana de ocio es, muchas veces, el tiempo del que se dispone para leer. Y nada da más rabia que dejar una lectura a medias y no volver a ella hasta mucho tiempo después.

Por eso os vamos a ir proponiendo, en varias entradas, lecturas que se pueden realizar en un fin de semana de relax,

Vamos a comenzar con dos obras del gran Stefan Zweig. El primer libro es uno de los más deliciosos que hemos leído jamás. Es emocionante, sensible y consigue que su lectura sea un momento único. Se trata de Mendel, el de los libros. La segunda recomendación es una pequeña gran novela sobre la psicología humana y el horror de la guerra. En Partida de ajedrez encontramos la mejor narrativa del maestro vienés.

Continuamos con otra novela emocionante y de un final que deja huella. Philippe Claudel narra en muy pocas páginas una historia llena de humanidad. Con La nieta del señor Linh se aupó a la cima de la narrativa europea.

También os vamos a recomendar a clásicos, como Asesinato en el Oriente Express, de Agatha Christie. Una lectura que muestra lo mejor de la gran dama del misterio.

La última reunión del club de lectura trató sobre un libro de Delphine de Vigan. Autora de renombre, tiene un libro llamado Las gratitudes. Todo el que se ha acercado a sus páginas ha quedado embrujado por su historia.

Cambiando un poco de registro es inevitable recomendaros una novela mundialmente famosa por su adaptación cinematográfica: Como agua para chocolate, de Laura Esquivel.

Siguiendo con literatura Latinoamericana, el premio Nobel Gabriel García Márquez nos ofrece una historia sobre el honor, con El coronel no tiene quién le escriba.

Para terminar, una historia que nos encanta, situada durante la Segunda Guerra Mundial. El mundo de los libros se convierte en la esperanza para aquellos que viven atemorizados por la crueldad de una invasión. La sociedad literaria y del pastel de piel de patata Guernsey es una bellísima obra epistolar que no deja indiferente a nadie.

En próximas entregas os iremos recomendando muchas más lecturas. Esperamos que esta pequeña muestra os deje con ganas de más. Feliz lectura.

Publicado en Libros, Novela

El resplandor (Stephen King)

Cuando hace muchos años leí esta novela no conocía las circunstancias personales de Stephen King. Fue, a raíz de una curiosidad un poco friki que siempre he tenido, cuando un tiempo después descubrí las asombrosas similitudes entre uno de los protagonista de hoy y el propio autor.
Esta fue la tercera novela de King, que libro a libro ha ido superando a todos los maestros del terror norteamericano, tanto por su producción como por el impacto en la cultura popular. Es cierto que las numerosas adaptaciones al cine de sus novelas han ayudado a aumentar su fama, pero sin duda, su calidad narrativa e imaginación para proponer ambientes terroríficos han hecho que sea considerado el más grande.
Volviendo a las similitudes mencionadas, se hallaba King en un periodo de alcoholismo y adicciones, y a pesar del éxito de sus anteriores novelas, se consideraba un fracaso como escritor. Para salir de esa espiral autodestructiva contó con el apoyo de su familia, curiosamente como uno de los personajes de El Resplandor.
Me imagino que la gran mayoría de los lectores habrán visto la película, o al menos, conocerán la famosa escena del hacha, la puerta y esa cara desencajada. He de confesar que es lo único que se de la adaptación. A pesar de haber leído una buena parte de la obra de Stephen King, nunca he sido capaz de ver ni un solo minuto de ninguna de las películas basadas en sus novelas. Para, quién como yo, no haya sido capaz de acercarse al universo cinematográfico del autor, la historia trascurre en un recóndito hotel que solo abre por temporadas. Al padre de familia le ofrecen cuidar y guardar sus instalaciones durante el tiempo que permanece cerrado. Os podéis imaginar, siendo el autor quien es, que ese hotel guarda sorpresas desagradables. Termina convertido en un protagonista absoluto de la historia. El horror que nos propone no viene marcado por masacres o narraciones desagradables, no le hace falta. El ser humano puede ser una pesadilla para sus semejantes. Siempre me ha parecido que el autor es un magnifico creador de personajes. Y en esta novela el terror viene de ellos, de la tensión que se crea en sus diálogos e interacciones. El ritmo de la narración aumenta página a página, la tensión crece y el sudor comienza a recorrer nuestra frente intentando averiguar hacia donde avanza toda la locura que estamos leyendo. Ese es el verdadero terror que nos propone King en este libro; abre numerosas posibilidades, a cuál más aterradora y juega con nuestra mente sobre un final que parece nunca llega.
A pesar de que la critica considera El Resplandor una obra menor dentro de la producción posterior de King, sin duda tiene las bases que lo han convertido en el autor más famoso de literatura de terror, superando a sus maestros Poe y Lovercraft.

Publicado en Libros, Novela

Un lunes cualquiera (Agustín Faro Forteza)

Durante toda mi infancia y mi adolescencia mi vida, la de todos nosotros, giró en torno a una serie de mantras que aceptamos como verdades incuestionables. Estudiar una carrera (especialmente de ciencias) te aseguraba el ascensor social; comprarte un piso constituía una inversión 100% segura; una vida ordenada era recompensada por una vida sin dificultades económicas. El contrato social estaba claro: si eras una buena chica, estudiosa primero, trabajadora después, ordenada y ahorradora siempre, la vida no te depararía demasiadas sorpresas. La única duda que teníamos entonces era la de poder adaptarnos a las reglas: ser capaz de terminar la carrera o aprobar la oposición, conformarte con una vida anodina, no caer en la tentación de abandonarlo todo por una vida más emocionante e insegura…

Qué equivocados estábamos. Pronto nos dimos cuenta de que adaptarnos a las normas de ese contrato social no suponía un especial problema. Con más o menos esfuerzo, la mayoría éramos capaces de llevar una vida ordenada. Muchos terminamos la carrera, compramos el piso, nos acostumbramos a una vida previsible y tranquila. Lo que de adolescentes nos parecía complicado resultó fácil. Pero ahí no terminaron las sorpresas. Con angustia comprobamos que tener estudios superiores no te aseguraba un buen sueldo, que los pisos sí podían bajar de precio y convertirse en una ratonera, que una vida ordenada, siendo estudiosa primero y trabajadora después no te aseguraba una vida desahogada. El desconcierto, la frustración y la sensación de haber sido engañados es una constante en mi generación y, lo que es peor, en las generaciones que vendrían después.

Este es el contexto histórico en el que se ambienta esta novela de Agustín Faro. Un mundo que se desmorona, no solo por la crisis económica en la que viven sus protagonistas, sino sobre todo por la crisis anímica. Los protagonistas de esta historia no vieron venir la desgracia. Ellos cumplieron su parte del trato y fueron timados.

Un lunes cualquiera es lo que se denomina <<una novela coral>>. Agustín nos lleva de una casa a otra, de una vida a la siguiente, porque el verdadero protagonista de su historia somos todos, una sociedad engañada que afronta las consecuencias de una fiesta a la que no fue invitada. Frente al <<vivisteis por encima de vuestras posibilidades>>, la verdad es que fueron otros los que sobrepasaron los límites. Los que incumplieron todos los mantras de mi infancia (se enriquecieron con la burbuja inmobiliaria, gastaron en fiestas lo que no habían ganado, trapichearon a gran escala hasta que todo explotó) no son los que después sufrieron el paro, el desahucio, la soledad, el riesgo de suicidio. La vida no es tan justa como pensábamos.

Bien escrita, con buen ritmo, realista y dura sin caer en la sordidez ni en la amargura, la novela de Faro pone el foco en todas esas vidas arrasadas por una crisis financiera que, por mucho que se dediquen a repetirlo, no causamos entre todos.

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Feliz cumpleaños, Dylan.

Es curioso cómo alguien a quien el gran público no conoce con su verdadero nombre, Robert Allen Zimmerman, sea el gran musico del siglo XX. Su influencia en casi todos los grandes artistas es la más grande que jamás se haya conocido y, sin embargo, nunca encajó en ningún estilo. Premiado con el Nobel de literatura en 2016, su único libro fue un fracaso de crítica y comercial. Daba igual. Su trascendencia es eterna.
Hoy celebramos su cumpleaños, la fecha que vió nacer a un hombre que cambiaría la vida de millones. Cuando en 1996 se empezó a especular con la candidatura para el Nobel fueron legiones los que pensamos que era un reconocimiento legítimo a una carrera jalonada de versos que nos acompañarán siempre.
La lista de éxitos, de esas canciones que son himno, es interminable. Sus aportaciones al folk, al rock, al pop, lo sitúan en la cima. Bruce Springsteen dijo que si Elvis Presley te hacía abrir el cuerpo, Bob Dylan hacia que se abriera tu mente.
También ha sido galardonado con un premio Pulitzer y el Premio Príncipe de Asturias. Y lo hizo por ser el gran juglar, el nuevo trovador de una generación llamada a cambiar el mundo. Sus canciones son el reflejo del gran cambio que se intentó en los años 60 y 70. Estuvieron a punto de lograrlo, y aunque el sueño de un mundo en paz, sin pobreza ni discriminación no se ha conseguido, sus canciones siguen abanderando movimientos e iniciativas que persiguen el sueño de un mundo justo.
Pregunte a quién pregunte conoce algún tema de Bob Dylan, y eso es mucho más grande de lo que nos pudiera parecer.
Escritores y compositores se han declarado influidos por el gran trovador americano. Sus letras se estudian en muchas universidades y la mejor canción de la historia ( nunca he oido a nadie que se oponga) es suya.
Me imagino que dentro de muchos años seremos conscientes de la verdadera dimensión de este músico. Hoy le cantaremos el cumpleaños feliz y en mi Spotify sonará una y otra vez.

Publicado en Libros, Novela

Nada se opone a la noche (Delphine de Vigan)

Ayer era para mi, a priori, un encuentro difícil. Quien siga el blog sabrá las dificultades que me he encontrado para acabar el libro de este mes en el club. Para quienes no lo recuerden, os dejo los enlaces a las dos entradas:

https://elsitiodemirecreozaragoza.wordpress.com/2022/05/09/primera-semana-de-lectura-nada-se-opone-a-la-noche/

https://elsitiodemirecreozaragoza.wordpress.com/2022/05/17/segunda-semana-de-lectura-de-nada-se-opone-a-la-noche/

Decía que a priori se presentaba difícil, puesto que me tocaba moderar el debate y no me sentía capaz de aportar nada positivo.
Sin embargo, una vez mas, los compañeros del club me demostraron la buena pasta de la que están hechos. A pesar de las diferentes posturas sobre la obra y la autora, el clima cordial y positivo se mantuvo durante las dos horas que estuvimos. No puedo decir que sus argumentos me convencieran, pero sí puedo afirmar que comprendí su postura.

La nota en general fue alta, casi todo el mundo le otorgó por encima de 4 (sobre 5), únicamente Mamen, Jorge y yo le dimos una puntuación más baja. Aunque esa nota alta no significó que todos estuvieran de acuerdo en el estilo o que entendieran el objetivo de la autora. Y es que a todos nos costó mucho leer sus páginas, llegando, algunos, a tener que dejar tiempo entre lectura y lectura. Hubo quien comparó su lectura con el visionado de la película La Naranja Mecánica.

Quienes no somos aficionados a la autoficcion habríamos preferido que Delphine nos contara la historia de su familia de otra forma, más novelada, con menos tono de diario y un estilo menos sobrio. Nos parecía que se trataba de un simple acto de catarsis de De Vigan, sin pensar en el lector. Nuestros compañeros nos recordaron que en el país de origen de la escritora, Francia, la autoficcion es un género muy desarrollado, y simplemente ella y sus editores pensaron que el tono elegido era el más adecuado. Es posible. Pero como dijo alguien, deberían haber advertido, como si fuera una medicina, de los efectos secundarios que su lectura provocaba. Atención: libro de autoficción con historia dura. No consumir en estados carenciales de salud mental.


También hubo discrepancia sobre si todo lo que nos cuenta es cierto o si adornó los hechos con más y más desgracias. Quizá tampoco importe demasiado. Lo interesante de esta obra es que, con independencia de si nos convence el modo en el que lo cuenta, trata temas universales: la familia (disfuncional), los problemas de comunicación, la crueldad y cómo sobrevivir a ella… y sobre todo, el suicidio y los problemas de salud mental.

Un encuentro de dos horas da para hablar de muchas cosas. Repasamos el carácter de algunos personajes y las relaciones que tenían entre ellos. Casi todos vieron en el libro un acto de amor de la autora hacia su madre, a la que desea comprender y perdonar (otros no vimos eso en absoluto salvo quizá en el final del libro, que es lo mejor de la novela).
En fin, como he dicho al principio, no ha sido mi mejor mes de lectura. Me quedo con la despedida: sonrisas plenas y sorpresa de Mamen. El buen rollo sigue imperando. El jugo que sacamos a cada libro es asombroso y nunca dejamos de aprender sobre las opiniones del grupo.
Y solo por eso, merece la pena.

Publicado en Ensayo, Libros

Mensajes de un mundo olvidado (Stefan Zweig)

La pasada Semana Santa me traje de la librería Cámara, en Bilbao, este pequeño libro de Zweig, una recopilación de artículos escritos de 1914 a 1941. Una pequeña joya a la que volveré, estoy segura, de forma regular a partir de ahora.

A los que me preguntan cómo puedo estar tan segura de que Zweig es mi autor favorito normalmente les hablo de lo bien que escribe, de su sensibilidad y su capacidad de abrirnos una ventana directa al alma de sus personajes, de su vasta cultura y su conocimiento profundo de la historia o de su capacidad para apasionarnos y mantenernos pegados a las páginas de sus libros durante horas. Sin embargo, tal vez por encima de todas estas brillantes cualidades, está la más importante de todas, de la que nunca hablo: Zweig comparte conmigo una visión del mundo, una jerarquía de valores, una ética y una filosofía de vida. En él he encontrado un amigo que sabe poner en palabras mucho mejor que yo lo que siento, lo que quiero y lo que pienso.

Este pequeño recopilatorio de ensayos me ha hecho especialmente consciente de esta íntima conexión que existe entre el pensamiento de este autor y el mío. A lo largo de sus páginas encontramos una defensa acérrima a la ciencia, al intelecto, a la idea de Europa como lugar de encuentro, al arte, a la historia, al disfrute de la vida. Zweig desconfía tanto como yo del sentimiento nacionalista, del patriotismo belicoso, que necesita siempre sangre y enemigos, del dios que enfrenta y divide a las personas, del ansia de victoria que llevará a Europa, una y otra vez, a la guerra y a la destrucción.

Cuánta falta nos hace leer a Zweig en estos días aciagos de principios del siglo XXI. Hoy, como en 1914, pensábamos que la guerra en Europa ya no era posible y sin embargo aquí estamos, observando, incrédulos, un nuevo auge de los nacionalismos más rancios. En el mundo en el que me crié, parecía que todos compartiamos que el progreso y el futuro venían irremediablemente unidos a la ciencia, a la apertura a los otros y al triunfo de los derechos humanos. Lamentablemente, el mundo en el que habito como mujer de mediana edad es muy distinto y cada día vemos cómo perdemos terreno ante los prejuicios contra el diferente y ante la desconfianza, vieja conocida, a los intelectuales y el conocimiento.

En estos momentos difíciles, Zweig es un amigo que nos ayuda a expresar con clarividencia lo que muchos intuimos. Cuidado con esos brotes bélicos nacionalistas. Cuidado con la desconfianza hacia el intelecto y hacia los proyectos progresistas de defensa de los derechos humanos. Cuidado con esta vuelta a los bajos instintos. Ya hemos caminado por ahí y ¡no lo olvidemos! juramos no volver a hacerlo.