Después de tres largos años, los libros han vuelto a amueblar el Paseo Independencia de Zaragoza. Eso nos ha permitido volver a vivir la tradición de bajar al centro, recorrer uno a uno los puestos y empezar a leer los libros recién comprados en un bar, mientras tomamos el vermut.
La verdad es que el gran protagonista del día ha sido el libro infantil y juvenil. Prácticamente dos de cada tres puestos estaban dedicados a los pequeños de la casa. Pasada la frustración inicial de no encontrar demasiados libros que me interesaran, la verdad es que es fabuloso ver a tantos niños con su libro en la mano, leyendo mientras caminan porque no pueden esperar a llegar a casa.
Hoy es un día para encontrarse con los autores, recibir un clavel amarillo y permitirte el lujo de comprar un par de novedades. Son muy pocos los libros que podemos encontrar un día como hoy si no se acaban de editar, salvo en los puestos de segunda mano. Claro que siempre hay excepciones. Esta mañana los títulos de Almudena Grandes se vendían en paquetes precintados de cuatro o cinco novelas.
Javier y yo hemos vuelto contentos a casa, con un par de libros cada uno. No tardaremos en hablaros de ellos por aquí.
El sitio de mi recreo 