
Hoy quería hablaros de una novela diferente, al menos lo fue cuando se publicó. Es un Best Seller, por lo tanto me imagino que muchos de vosotros estaréis pensado: ¿diferente?, si todos esos libros son prácticamente iguales.
Y tenéis razón. No puedo negar que tiene muchas fórmulas repetidas hasta la extenuación por editores y escritores de éxito. Shogun no destaca por la profundidad de sus personajes, ni tan siquiera por la belleza de sus descripciones. Incluso me atrevería a decir que sus giros de argumento pueden llegar a marear. Con todo esto dicho, ha llegado el momento de decir porqué es mejor que la media.
Cuando se publicó, a mediados de los años 70, fue capaz de proponer una visión muy diferente de la sociedad nipona que se tenía por aquel entonces. Ese es el gran valor de sus páginas. No juzga, no se alinea con un pensamiento u otro. Simplemente nos traslada a una civilizacion tan apasionante como sesgada por nuestra visión occidental. Ser capaces de entender su filosofía, sus valores, sus inclinaciones, y hacerlo sin caer en tópicos o paternalismos es impresionante. Es apasionante constatar capítulo tras capítulo lo diferente de su conducta, de su forma de entender el honor, la familia, la disciplina o la muerte. También advierto que Clavell no fue especialmente riguroso con los datos históricos y los manejó para darle emoción e intriga, por ello no queráis encontrar una crónica exacta de la historia del Japón. Pero ni su autor lo pretendia ni es el medio para encontrar un rigor académico.
La experiencia como prisionero de guerra en Japón del autor le permitió conocer a sus «enemigos». Y de ese conocimiento nació una brillante carrera literaria centrada en las tierras del sol naciente.
El impacto que causó fue tal, que se desató en EEUU una especie de reivindicación de sus antiguos adversarios y generó una serie de televisión de gran éxito mundial.
Quién tenga curiosidad por un pensamiento tan diferente al nuestro que no dude en abrir sus páginas. La satisfacción de estar comprendiendo sus tradiciones supera con creces esos pequeños defectos inherentes a las novelas de consumo masivo.