
Fue una pena que esta novela no saliera elegida como lectura para el club de lectura. Pero competir contra la terna que tenía delante era complicado. También luchaba contra el desconocimiento que en nuestro país se tiene sobre la autora. Son muy pocas las novelas que han sido editadas, y aunque Siruela tiene alguna en su catálogo, la verdad es que su difusión ha sido más bien escasa.
Una pena, como decía, pues Ngaio Marsh, escribía muy bien. Directora artística teatral, donde alcanzó fama mundial, pertenece a una generación de creadoras de novelas de misterio sensacional. Sin duda a la cabeza, por su fama y producción, estaba la incomparable Agatha Christie. Pero sería muy injusto olvidarnos de varias autoras que revitalizaron el género de la novela de misterio, como Margery Allingham, Josephine Tey o nuestra protagonista de hoy.
La novela que nos ocupa fue la segunda, de treinta y dos, de las aventuras de su personaje estrella, el detective de Scotland Yard Roderick Alleyn. Un protagonista adornado de características extravagantes, como mandaban los cánones de la novela de misterio. Aunque en esta entrega su personalidad no está muy bien definida todavía y prácticamente no conocemos nada de su historia. Por supuesto tenemos a un leal acompañante, periodista para más señas y que aporta a la historia las dudas y miedos que impiden al lector resolver el misterio hasta las últimas páginas.
Un caso que comienza, como no podía ser de otra manera, durante la representación teatral de una obra. Un actor, odiado por todos, es asesinado a causa de un aparente error y todos los que se han subido al escenario son sospechosos.
Muy ágil en su desarrollo, la única pega, muy personal, que le pondría a la novela son los larguísimos pasajes donde solo hay intercambio de frases, sin detallarmos durante los mismos más información. En muchas ocasiones me sentí lector de un libreto de teatro más que de una novela de misterio.
Pero al margen de esa sensación tan personal, sus páginas se leen muy fáciles, manteniendo la tensión hasta prácticamente la última página.
Una gran primera aproximación a una autora muy interesante y ya tengo ganas de encontrar otra novela donde pueda refrendar las buenos momentos que me ha dejado.