Publicado en Libros, Novela

Senderos de gloria ( Humphrey Coob)

Ocurre siempre igual. Unas personas a las que la vida humana les importa nada, ordenan a otros matarse por unas ideas que si han de defenderse con una guerra, no son buenas ideas.
Estoy triste por la situación que todos conocéis y con esa sensación he recordado una película ambientada en unos hechos acontecidos en la Primera Guerra Mundial.
Esa película, que vi hace muchísimos años, me llevó al libro en el que se inspiraba (creo que esto me ha sucedido contadas ocasiones), y hoy, por desgracia, vuelve a mi recuerdo.
La novela de Cobb es un trágico alegato sobre la incompetencia de los políticos, la falta de humanidad de los militares y las consecuencias trágicas de la sinrazón de la guerra.
Nos encontramos en plena guerra de trincheras, donde un día mueren cientos de personas por avanzar unos pocos metros y al día siguiente otros tantos mueren retrocediendo. En un momento dado, el alto mando francés planea un ataque suicida contra las posiciones alemanas, que se hayan en situación de defenderse sin muchos problemas. Y tal y como nos tememos, las sucesivas olas de ataques terminan a los pocos metros, detenidas por el fuego de ametralladoras, dejando un reguero interminable de cadáveres.
Esto no es más que el principio, lo peor viene después.
Lo que leemos es a un escritor que fue soldado y nos relata con crudeza y de forma detallada lo que un soldado vive y padece en esas terribles condiciones.
Con un ritmo que va en aumento página tras página, los diálogos de los personajes se convierten en alegatos contra la guerra. Hay fragmentos que solo podría haber escrito un superviviente, porque aún leyéndolos varias veces cuesta imaginar que sean reales.
No es de extrañar que durante muchísimos años novela y película estuvieran censuradas en muchos países, el nuestro incluido. Cuando uno lee Senderos de gloria se encuentra las cloacas del poder, civil y militar, el último lugar al que una persona querría ser invitado, una de bien al menos.
Una novela que casi tiene cien años pero que podría ser una crónica contemporánea, repetida periódicamente de manera aterradora.