
Día 7 de enero, ya llevamos una semana leyendo el libro más conocido de Emilia Pardo Bazán, así que toca hacer balance de lo que llevamos compartido.
Cuando comenzamos la lectura, lo primero que nos llamó la atención a Javier y a mí fue el lenguaje que utiliza. Nos parecía algo complicado, por la cantidad de palabras y expresiones locales utilizadas, sus frases largas, la abundancia de adjetivación… sin embargo, ambos coincidimos también en que después de unos días de lectura nos hemos acostumbrado al estilo y no nos parece en absoluto difícil de leer. Me gustará saber si los compañeros del club de lectura han tenido la misma experiencia.
La novela comienza cuando Julián, un sacerdote ingenuo y bonachón, llega a los pazos de Ulloa dejando atrás su vida en Santiago de Compostela. Este inicio es una gran clave de la novela, pues vamos a ir viendo constantemente el contrapunto entre la aldea (y sus aldeanos) y la ciudad. Dos formas de entender la vida, las relaciones humanas, la educación… que se van a comparar una y otra vez desde distintos puntos de vista. Y según quién realice la comparación, saldrá ganando una u otra.
El ambiente que encontramos en este primer tomo, que consta de 11 capítulos, es bastante angustioso. Tanto, que cuando deciden salir de los Pazos todos sentimos cierta sensación de liberación. Esta primera parte de la novela refleja la dureza de las relaciones humanas en la aldea, con personajes muy intensos. El pobre Julián se ahoga en un ambiente tóxico en el que vivir y sobrevivir son sinónimos.
Todavía queda mucha novela por delante, pero ya nos ha llamado la atención que la única voz de estas primeras páginas es la masculina. Ellas acatan con mayor o menor alegría las decisiones de ellos pero, como apuntaba Dacil en Twitter, no podemos saber qué es lo que piensan en realidad. Conocemos los deseos y los miedos de Julián, del marqués, o de don Manuel, pero desconocemos qué quieren y qué temen Sabel o las primas del marqués.
Seguiremos leyendo y comentando. Hablamos en Twitter, en #elsitiodemirecreo y #losPazosdeUlloa
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