
El libro que os traigo hoy es el primero de una serie (Los hijos de la tierra) que consta de seis novelas, de las que yo me he leído tres… y media. El cuarto libro consta de dos tomos y solo me leí el primero. Creo que, al leerlos del tirón, me empaché de tanta prehistoria y sobre todo de tanta lasca (el último libro que me leí dedicaba demasiadas páginas, para mi gusto, a su fabricación). Quizá algún día lo retome.
De todos los libros de la saga que he leído, desde luego el que más disfruté fue el primero, que es del que os quiero hablar hoy. A pesar de que es posible que haya envejecido regular (hoy sabemos muchas más cosas de los neardentales que en los años ochenta y nuestra visión sobre ellos es menos estereotipada), la historia sigue siendo magnífica y la recuerdo bien escrita.
Con esta novela viviremos las aventuras de Ayla, una niña sapiens a la que adopta y cría una familia neardental. La forma de vida del clan chocará con la naturaleza de la niña, que tendrá que limar hasta donde pueda su carácter para adaptarse a su entorno.
Los neardentales en esta novela aparecen como humanos altamente ligados a la tradición y las costumbres milenarias. El valor que más aprecian es, por tanto, la memoria. El clan está por encima de los individuos y los rituales son pilares básicos de supervivencia. Evitan mirar directamente a los demás, estar solos o innovar. Son gente tranquila, en general, que cuidan de los suyos a su manera.
Una pequeña sapiens en este contexto no podrá evitar tener cada vez más problemas a medida que va creciendo. Desde el principio todos entienden que no pueden tratarla como a cualquier otra mujer. No ignoran que pertenece a Los Otros y que sus capacidades son distintas: es más creativa, más rápida aprendiendo, su lenguaje es más complejo… Sin embargo, a pesar de darle cierta libertad, la relación con ella no está exenta de problemas. Su deseo de estar sola, hacer las cosas a su manera, innovar e investigar supera con mucho los márgenes que el clan está dispuesto a tolerar.
El clan del oso cavernario es un libro maravilloso que va mucho más allá de ser una recreación desfasada de nuestros ancestros. Ante todo es una novela que nos habla de la dificultad que existe cuando vives en un entorno que no es el tuyo, de la necesidad de ser tolerantes con las diferencias, del deseo de encontrar a Los Otros, que son como tú. Una vuelta de rosca al cuento del Patito Feo, porque en esta ocasión la familia adoptiva es mucho más compleja que en la fábula infantil. Aunque hay quien aborrece a Ayla por ser diferente, otros la aman y hacen lo imposible por comprenderla y aceptarla. Las relaciones son complejas y Auel lo sabe bien. No vayáis a buscar descripciones maniqueas en su saga. Los personajes están tratados de forma profunda y comprendes perfectamente sus emociones, por mucho rechazo que te provoquen.
Una novela que, a pesar de que está escrita hace más de 40 años, cuando nuestro conocimiento de los distintos humanos era muy inferior, se puede seguir leyendo y disfrutando como un buen clásico.