El 28 de diciembre, día de los inocentes, nos volvimos a reunir los compañeros del club de lectura. Teníamos ante nosotros los relatos de Edgar Allan Poe.

Todo el mes de diciembre lo hemos dedicado al maestro del terror. Por si no lo habéis leído, os dejo las entradas que le hemos dedicado por aquí:
https://elsitiodemirecreozaragoza.wordpress.com/2021/12/08/primera-semana-de-lectura-de-poe/
https://elsitiodemirecreozaragoza.wordpress.com/2021/12/14/segunda-semana-de-lectura-de-poe/
https://elsitiodemirecreozaragoza.wordpress.com/2021/12/21/tercera-semana-de-lectura-de-poe/
He de confesar que estaba muy nervioso, porque durante todo el mes Twitter había ido dejando pistas sobre lo incómodos que se habían sentido los compañeros con la lectura. La idea de presentarlo a la votación había sido mía, y encima mis propias sensaciones no eran las mejores. Busqué hasta el último momento datos, hechos, incluso podcast que me dieran argumentos a lo que pensaba podía ser un ambiente de rechazo al escritor norteamericano.
Pero al final, todos los participantes neutralizaron mis temores y la sonrisa relajada volvió a mi rostro, un encuentro más.

Como siempre, empezamos con una ronda de intervenciones donde cada uno de nosotros expuso sus sensaciones y la variedad de opiniones fue tan amplia como nuestro número. Estábamos aquellos que habíamos leído a Poe en nuestra juventud y esta nueva revisión no le había sentado tan bien. También contaba el libro con defensores acérrimos de su estilo y temática, que ensalzaron el valor de su narrativa con aspectos psicológicos. Y estaban los que no volverían a acercarse a Poe nunca más. Si por algo me gusta el club de lectura es por su amplitud de opiniones y el respeto que demuestra cada uno de los que participan. El amor a los libros es inmenso y la disparidad de opiniones nos acerca aún más, consiguiendo que cada encuentro sea un momento que esperamos con ilusión.
Se destacó la biografía del escritor como base de sus relatos, incluso hay quien afirmó que su propia vida era más escalofriante que sus cuentos. Algunos pensaban que una existencia marcada por la tragedia y el alcohol justificaba el tono de sus cuentos más crueles; para otros, sus relatos tienen un origen más práctico: la necesidad de dinero rápido. Poe simplemente escribiría aquello que sabía que vendía bien. Por eso la profusión de relatos cortos, que en la época tenían mucha más demanda que las grandes novelas. Y ser periodista de sucesos y vivir en Boston, puerto con gran trasiego de viajeros, le proporcionó las historias y personajes que recorren sus páginas.
Con respecto a su forma de escribir (excesivamente barroca en ocasiones), nos hizo debatir sobre si nuestro protagonista de ayer era simplemente pedante (creímos que no) o si era más bien un recurso que utilizaba para destacarse sobre otros escritores de terror más cercanos a los cuentos populares. En cualquier caso, ese abuso de palabras infrecuentes y de adjetivos y adverbios lograba crear el ambiente exacto que quería crear, por lo que es un recurso útil.
En definitiva, salvo excepciones contadas, Poe había gustado más de lo que yo creía. Ahora bien, ante la pregunta de si podríamos leer una novela larga de Poe, las medias sonrisas y los movimientos suaves de la cabeza dieron una respuesta casi unánime a la cuestión. Solo un valiente se atrevió a contestar afirmativamente.
Un comentario sobre “Cuentos (Edgar Allan Poe)”