
Última semana de nuestro viaje emocional con Poe. Unos relatos finales que me han dejado saturado y con la cabeza puesta en esa reunión del club de lectura que promete ser muy interesente.
Llega el turno de repasar unos últimos cuentos que han cerrado un mes lleno de miedo y locura.
Comenzamos con un relato lleno de simbolismo, Sombra (Una parábola). Un cuento donde Poe da rienda suelta a su estilo más gótico. En él une mitos clásicos y referencias religiosas para hablarnos de la muerte. Unas páginas difíciles, posiblemente uno de los relatos más complicados.
El corazón delator es uno de los relatos más famosos del escritor. Su narración nos sumerge dentro de la mente de un asesino y sus motivos.
Después, uno de los relatos que más he disfrutado, La máscara de la muerte roja. Muy propio para los tiempos que corren.
Llegamos a los dos relatos que más duros han sido de leer. Tanto Berenice como Ligeia narran la locura más profunda, son la caída al abismo de los protagonistas. Sus líneas provocan el horror más profundo y es imposible en ningún momento sentir el placer de leer.
Y con William Wilson cerramos este viaje gótico a la locura. Una especie de autobiografía, contrapunto de los horrores anteriores y que nos narra la vida de un Alter ego acusador.
Nos os engaño si afirmo que ha sido un final de libro áspero y que ha requerido mucha determinación. El buen recuerdo juvenil de mis lecturas de Poe ha dado paso a unas sensaciones más ambiguas. Será interesante conocer si les ha ocurrido lo mismo a los demás.