Publicado en Club de lectura #elsitiodemirecreo

Segunda semana de lectura de #Poe

Pasó la segunda semana de lectura del libro de relatos de Poe, y los días han pasado en un triste y anhelante suspiro, como si estuviese en caída libre mi alma. Tales instantes de tiempo me ha dejado exhausto y debilitado y tengo la firme sensación que este vértigo sordo que se apodera de mí….¡Vaya! Parece que el espíritu barroco y denso del maestro Poe quisiera apoderarse de mis palabras. En fin, recompongamos la prosa y vayamos a por un pequeño resumen sobre los relatos de esta semana.


Comenzamos con Manuscrito hallado en una botella, donde nos encontramos, de nuevo, a ese escritor recargado y sombrío. Por cierto, Mamen apuntó muy correctamente que en cierto punto de la narración hay un cambio en el tiempo verbal. No supe verlo y es importante para el hilo narrativo.


Seguimos con El gato negro, una de sus obras más reconocidas y donde despliega todas las sombras y desvaríos mentales que lo hicieron famoso. Un truculento relato sobre la decadencia y la maldad, sin peros ni justificaciones.


Con El tonel de amontillado, vuelve a la carga con un personaje vengativo. Una narración que juega con los estados de ánimo de los dos protagonistas y nos sumerge, de nuevo, en la oscuridad.


En El entierro prematuro juega al humor, negro, negrisimo, con un desenlace sorprendente y muy poco de su estilo. Para ser un relato que ha influido tanto en la cultura posterior no dice mucho o, quizás, en nuestros tiempos ya no sorprende.


El sistema del doctor Tarr y el profesor Fether ha sido la sorpresa de esta semana. Un relato con tintes de comedia muy poco propios del autor. ¿Quién diría que podía escribir sobre la risa? Posiblemente de lo mejor de la semana.


Al llegar al relato de El pozo y el péndulo nos reencontramos con las señas de identidad del escritor. El protagonista va relatando su suerte hacia el final inevitable, todo con una sensación de agobio. Al igual que en muchos relatos del libro, no podemos evitar una sensación de violencia gratuita. Pero tal vez, esa fue la intención al escribirlo.


Terminamos la semana con El hombre de la multitud. Un relato que me aportó únicamente la minuciosa descripción del ambiente del Londres de la época. Es usual que en todas sus obras la descripción del entorno sea brillante. Aunque la historia, y mira que lo siento, no me dijo nada. Sin duda, el más flojo de los leídos hasta ahora. Ni su premisa ni el ¿desenlace?, me gustaron en absoluto.

Empieza la tercera semana. Y ya van surgiendo temas para el encuentro del club de lectura. Sin duda dará que hablar este libro y su autor.

Publicado en Libros, Novela

Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (Luis Sepúlveda)

Diez meses he tenido este libro en la estantería, esperando que le llegara su turno. Creo que todos los lectores compartimos esta experiencia de arbitrariedad en la elección, de modo que nuestras lecturas no siguen el orden de llegada de los libros a casa. Las decisiones son caprichosas, erráticas. Hay libros que pueden esperar años hasta que les hacemos hueco, mientras que otros los devoramos nada más conseguirlos. No significa nada. Como leemos por placer, ningún motivo racional puede guiar nuestras elecciones.

Y por fin ayer le llegó el turno a este pequeño relato de poco más de cien páginas que se lee en un ratito. Se trata de una fábula en el sentido más clásico del término, heredera de la tradición de Esopo. Sus personajes son animales humanizados, con comportamientos y anhelos mixtos entre su naturaleza animal (el deseo de volar de la gaviota, el gusto por las latas de comida del gato protagonista) y su humanización (el gato que lee libros, la gaviota madre que fuerza una promesa).

El objetivo del texto, como buena fábula, es moralizante. A través del relato de los animales nos transmite una lección. Y qué lección, por cierto. Porque Sepúlveda habla de la importancia de la palabra dada, de la fuerza del grupo, de la lucha por la supervivencia, de la necesidad de cuidar el planeta o del respeto al otro entre muchos otros temas. Pero entre todos ellos, hay uno que me resulta especialmente importante: el derecho a ser diferente y a que te quieran tal como eres, sin necesidad de cambiar para ser como el resto. Qué pocas veces se nos permite disfrutar de este derecho. Qué pocas veces te quieren tal y como eres, sin obligarte a (ni sugerirte, ni desear en silencio siquiera) que cambies. Y qué difícil nos resulta entender que ser quien uno es, sin forzar nuestra naturaleza en pro de la uniformidad del grupo lejos de ser un acto de egoísmo es un acto de supervivencia.

Leedles esta fábula a los niños que tengáis cerca, animad a los adolescentes y a los adultos de vuestro alrededor a que superen la reticencia a leer fábulas y se asomen a esta, leedla vosotros. Pero, sobre todo, no falleis después a su moraleja. Atrevéos a ser quien sois y a amar a los demás sin cambiarlos. Qué difícil y qué necesario.