
Esta primera semana del mes de noviembre he leído la que quizá sea la mejor novela de Dickens: Grandes esperanzas. El día 1 me pareció muy adecuado empezar este libro, porque arranca con un huérfano hablando sobre las tumbas de sus padres. Además, había sido una de las opciones para leer este mes en el club de lectura #elsitiodemirecreo. Como sabéis, ganó por goleada el delicioso ensayo de El infinito en un junco, pero yo me había quedado con ganas de leer a Dickens.
Lo comencé así, sin saber muy bien a dónde me llevaría rescatar a este clásico, y os puedo decir que es, sin duda alguna, la mejor novela que he leído en mi vida. Está tan bien escrita que hay pasajes que me los leía varias veces, solo por el placer de leerlos otra vez. Tenía constantemente la sensación de que la forma que había elegido para describir lo que estaba contando era la más adecuada de cuantas hubiera podido elegir. Cada adjetivo, cada metáfora, me parecía un acierto. Y no paraba de decirle a mi familia, una y otra vez. <<¡Qué barbaridad! ¡qué bien escrita está esta novela!>>
Más allá de eso, la historia que nos cuenta es interesantisima, sin que haya perdido mi atención ni por un instante. Durante estos 6 días que me ha durado la lectura estaba constantemente deseando encontrar un momento para seguir leyendo. En especial, me parecen sublimes la primera parte y la última, aunque no hay un solo pasaje del libro que sobre o que falte, en mi opinión.
El personaje principal, ese chiquillo huérfano de padre y madre al que vemos crecer, es un pequeño desastre que se equivoca mil veces a lo largo del libro, pero no es posible dejar de quererle a pesar de todo, pues en medio del caos siempre demuestra tener un corazón de oro. Ademas, alrededor de Pip y de su historia, decenas de personajes secundarios nos seducen con sus vidas, la mayoría de las veces llenas de luces y de sombras. En Grandes esperanzas los personajes están vivos: tienen defectos y virtudes, aman y odian, delinquen y son capaces de dar la vida por aquellos a los que aman. Sería difícil elegir uno solo de los muchos personajes secundarios. Me los llevo a casi todos conmigo.
No tengo ninguna duda de que volveré a leerla más pronto que tarde y os animo a todos a que le deis una oportunidad. En especial, creo que debería ser lectura obligada para todos los que se dedican o piensan dedicarse a escribir. Me he quedado con ganas de decirle al mundo: <<así, así es como se escribe una novela>>.