Publicado en Libros, Relatos

Pippi Calzaslargas (Astrid Lingred)

Este fin de semana he leído este pequeño libro de relatos sobre la niña más fuerte del mundo. Me decidí a leerlo porque me permitía cumplir uno de los puntos del #Retopata de este año (que estoy a punto de terminar) y porque me permitía revisar una opinión de largo recorrido. Y es que yo odiaba a este personaje desde mi más tierna infancia. Una niña salvaje, desordenada, que incumplía todas las normas y me ponía muy nerviosa. Mi impresión ha sido tan distinta que me quedo ahora con la necesidad de volver a ver la serie (que es dónde comenzó mi animadversión). La niña que me he encontrado en este libro es adorable. ¿No supe entenderla o es que la serie no transmitía lo mismo que los relatos? Investigaré.

Los relatos de Pippi Calzaslargas son una mezcla deliciosa de ficción y realidad. Es ficción, claro está, la historia de una niña que vive sola con un mono y un caballo, con más dinero del que es capaz de gastar (tipo Batman) y con una fuerza sobrehumana (tipo Superman). Pero esos toques fantásticos le permiten hablar de un modo directo y descarnado de la realidad.

Los relatos de Lindgred hablan de la realidad de los niños huérfanos y la inoperancia de los servicios sociales, que no son capaces de darles una infancia normalizada; habla de los abusones que hacen bulling a los niños; del clasismo de las mujeres de clase medio-alta; de la soledad de los ancianos; de la brutalidad de la gente hacia sus animales; de los padres que no son responsables y siguen viviendo como si no tuvieran hijos… mil temas difíciles de abordar que, gracias a mezclarlos con la ficción de una niña increíble, pueden ser reflejados en toda su crudeza.

Pippi Calzaslargas es una superheroina que impone justicia y reclama felicidad allá donde va. Pero, pese a todo, no deja de ser una niña de 9 años sola y semianalfabeta. Bajo su capa de invulnerabilidad, descubrimos un personaje que sufre ante las injusticias, que echa de menos a sus padres, que tiene tan asumida su soledad que se escribe cartas a sí misma, que no se atreve nunca a pedir nada para ella y que reconoce que hace muchas cosas mal. Una niña tan herida que ni siquiera se plantea pedir que le curen las heridas. Se las cura ella, a base de imaginación y juegos. Huye de la tristeza y las quejas, porque en el fondo sabe que su decisión de ser optimista es lo único que la salva del abismo.

Superpoderes, una inalterable necesidad de justicia, empatía y vulnerabilidad. La Pippi que he encontrado en estos cuentos no puede gustarme más. ¿Encontraré lo mismo en la serie?