Tengo canciones que siempre están en mi cabeza. Temas que sin razón surgen y me sorprenden al tararearlas de manera espontánea y en cualquier circunstancia. Son retazos de mi vida y recuerdos de buenos momentos. Y esta mañana, preparando la entrada del blog, surgió una de esas piezas que son eternas. Y no solo para mí, sino también para cualquier amante de la música, seas o no seguidor del polémico Premio Nobel de literatura de 2016. A estas alturas y con esta última pista, es casi seguro que nuestros seguidores han adivinado de quién hablo hoy, y también me arriesgaría a adivinar que a sus cabezas han llegado muchos de los temas y éxitos escritos por Bob Dylan.
Genio para muchos, fenómeno social para otros, nadie permanece indiferente ante su figura. Incluso sucede, hablo en primera persona, que en un disco es el más grande y al siguiente lo odias y te preguntas en que estado de embriaguez lo escuchaste para tenerle por el mejor. Porque en su música no hay medias tintas; Dylan siempre ofrece todo lo que tiene pero está claro que no siempre gusta lo que tiene que decir.
¿Pero quién puede presumir de gustar desde los lejanos años 60 y seguir levantando pasiones en el siglo XXI? Solo él , no hay nadie más que esté más allá de modas y estilos. Un estatus que hizo que la concesión del Nobel fuera más una carga que un honor.
Pero ya me he ido por las ramas, menos mal que Hurricane, uno de los himnos que aparecen en el disco de hoy ha venido a rescatarme. Una canción mayúscula, por su duración, por su denuncia, por el impacto que tuvo en su momento en la sociedad. Todo lo que rodea a este disco es grande. Tan grande que hubo problemas para grabarlo. El gran Eric Clapton estuvo a punto de participar en él, pero a la vista del gran número de músicos presentes en la sala de grabación, más de 20, desistió, no sin antes aconsejar a Dylan que debería trabajar con mucha menos gente.
Fue un disco problemático y, sin embargo, el empeño de Dylan por hacerlo realidad posibilitó el que fuera su último gran disco. Buscaba una banda con la que sentirse arropado, con la que enfrentarse al gran público y diera forma a sus anhelos e inspiraciones.
Aparte de la mencionada Hurricane, el álbum nos entrega alguna de las mejores letras y melodías de este gran músico, como Sara, Mozambique o Joey.
Las letras fueron escritas junto a Jacques Levi, fundador de la revista Oh, Calcuta y una de las personas más cercanas a Dylan.
Y como sin duda tendréis en la cabeza el sonido del violín omnipresente durante todo el disco, os diré que es obra de Scarlet Rivera y la historia de cómo participó en la grabación merece otra entrada para ella sola.
Uno de esos discos atemporales y que removió conciencias en una sociedad que buscaba a su moderno juglar. Un disco de historias, narradas con la mejor voz que jamás ha tenido Dylan, una delicia en 33 rpm. Uno de los muchos ejemplos por los que este gran músico y narrador consiguió el Nobel. La unión perfecta entre música y literatura.
Mes: octubre 2021
Cumbres borrascosas (Emily Brontë)

Más de medio año escribiendo reseñas y acabo de darme cuenta de que aún no hemos hablado en ningún momento de las hermanas Brontë. Pretendo arreglar este asunto comentando la que quizá sea la más famosa de sus novelas: Cumbres borrascosas.
Se trata de una novela muy apropiada también para este fin de semana. No solo porque la mayor parte de los personajes de los que habla están muertos cuando se inicia el relato, ni porque los fantasmas de algunos de ellos tienen una presencia importante en la historia; ni siquiera únicamente porque la escena final se desarrolla en un cementerio, paseando entre las tumbas. La razón principal por la que creo que esta novela es apropiada para este fin de semana es el ambiente irrespirable que la envuelve.
Cumbres borrascosas es una novela que trata, fundamentalmente, de las relaciones tóxicas y de cómo pueden malograr la vida de personas que, si no llega a ser por eso, habrían tenido una vida plácida. Habla del rechazo al diferente, de los amores que no culminan por culpa de las convenciones sociales más rancias, del dolor y la soledad del que se siente rechazado, del rencor y la necesidad de venganza. Solo de manera puntual, casi sin desarrollar, se apunta la posibilidad de que la instrucción, la cultura y el amor conjuren el dolor del pasado. Un débil rayo de esperanza al final que no disuelve del todo el tono del resto del libro.
Porque para transmitir el dolor y la angustia que producen las relaciones tóxicas, Emily Brontë no escatima en recursos: más allá de los propios personajes y sus biografías, todo el entorno apoya a crear la sensación de asfixia: la casa, en la que apenas hay luz, la eterna tormenta en el exterior, los malentendidos, el silencio. En esa casa nada es lo que parece y el pobre narrador, ajeno a la historia de esta peculiar familia, no entiende nada de lo que está pasando. Tendremos que esperar a que la criada se apiade de él (y de nosotros, pobres lectores) para empezar a desenredar el ovillo de la historia.
De Cumbres borrascosas sales con la sensación de haber estado durante un tiempo encerrada en un mundo asfixiante, donde el pasado es demasiado denso para pensar en crear un futuro decente. Pero precisamente por ello, creo que de esta novela sales con la necesidad de comerte el mundo y huir de las relaciones tóxicas.
Libros para un fin de semana terrorífico
Al hilo de la fantástica entrada de ayer de Mamen, recomendando libros para ayudarnos a sobrevivir a nuestros muertos, surgió la idea de hacer un pequeño repaso a las novelas de terror que hemos reseñado en el blog, y ya de paso, hacer alguna recomendación adicional para animaros en este fin de semana de Halloween.
Comenzamos con el clásico de los clásicos, Drácula, el señor de la noche, que comenzó la fiebre por los vampiros y todavía en la actualidad sigue siendo una de las novelas más influyentes del género.
Con un enfoque más contemporáneo pero manteniendo la esencia del personaje, Kostova escribió La historiadora, donde el vampiro mostraba unas aristas más humanas sin perder ni un ápice de su maldad.
Soy leyenda, de Matheson, nos sumerge en una sociedad dominada por los vampiros, dando forma a una historia asfixiante y sobrecogedora.
Dentro del género de los vampiros no podemos dejar de recomendar la saga de Anna Rice, que tiene su principio en Entrevista con el vampiro. Para los jóvenes lectores, la saga Crepúsculo, de Stephenie Mayer, aunque en está ocasión los vampiros sean la excusa para armar una saga que podría encuadrarse más dentro del género romántico.
Para los amantes de los monstruos clásicos, su elección debe ser Frankenstein, de Mary Shelly. Una novela arrolladora por su intensidad, con una historia tan atractiva como aterradora.
También en el blog hemos tenido espacio para el rey del terror, Stephen King. Con la novela Cujo, temblamos ante las fauces gigantescas de un san bernardo y las erráticas vidas de los habitantes de una pequeña ciudad. Un best seller que nunca defrauda.
Dentro del género del misterio pero con tintes de terror nos encontramos con The Relic. Esta fue la primera aparición del agente Pendergast y aunque la historia tiene la intención de ser una novela negra, el miedo que nos hace pasar la conviérte en una elección magnífica para este fin de semana de terror.
Algo parecido nos ocurre con El silencio de los corderos. Es imposible permanecer frío ante la presencia de Hannibal Lecter. Página a página nos adentramos en su mente y el agobio ante el peligro y la maldad se acrecenta de manera exponencial.
Con La carretera, de McCarthy, el miedo no está en personajes malvados o monstruos. El terror nos viene dado por un futuro sin esperanza. La oscuridad no trae el descanso a nuestros protagonistas y la tensión que sentimos nos mantiene sudorosos hasta la última página.
He dudado en incluir Solaris, del maestro de la ciencia ficción Lem, pero aparte de su corte futurista, la historia nos sobrecoge por su ambiente oscuro y pesimista. Llegamos a sentir el miedo de su protagonista y esa sensación se acrecenta por la imposibilidad de escapar. Una novela en mayúsculas que hará las delicias de la fans del género.
American Psycho es la esencia de la maldad humana. Si sois capaces de aguantar largas listas de ropa y perfumes, quizá podáis degustar el miedo en sus páginas.
Quedan tantas y tantas novelas para aparecer en nuestro blog…pero no quería terminar esta entrada sin dejar de recomendar algunas de ellas, por ejemplo, cualquiera de Stephen King. Si queréis algo más de terror gótico, vuestra elección está clara: Edgar Allan Poe.
Lovercraft también debería estar dentro de esta lista. Su listado de libros del género es tan amplia como el terror que sentiremos en sus páginas.
Esperamos encontréis vuestra próxima lectura y deseamos que sea cual sea vuestra elección, disfrutéis de nuestra pasión: los libros.
El silencio de los corderos (Thomas Harris)
Vale, lo admito. Me he dejado llevar por la moda de Halloween. Soy débil y la presión mucha…
Así que pensando pensando he recordado uno de los libros con los que he pasado más miedo en mi vida. Y si, también admito que no me gusta sentir terror y en toda circunstancia evito cualquier situación donde pueda sentir escalofríos, sudores fríos, nervios y/o noches en vela. Pero al igual que hoy, cuando esta novela cayó en mis manos la empecé por la fama que arrastraba su adaptación cinematográfica mas que por los deseos propios de pasar un mal rato. La contraportada sugería que era una novela de misterio con tintes psicológicos. Hasta ahí todo bien. El problema fue descubrir a uno de los personajes más carismáticos y oscuros de la literatura moderna, el Doctor Hannibal Lecter. Porque el libro engancha por él. La persecución de otro asesino en serie es la excusa para situar en el centro de la trama a este psiquiatra tan inteligente como despiadado. Sus diálogos con la otra protanista, Clarice Starling, nos remueven del asiento.
Recuerdo una sensación muy curiosa y aterradora: leer este libro y sentirme observado. Thomas Harris consiguió que su lectura fuera adictiva pero particularmente tensa y abrumadora. No podía dejar de sentir los ojos de Lecter en mí cada vez que desataba sus diálogos tan potentes con Clarice. Por supuesto, como en toda novela de asesinos en serie que se precie, hay lugar para páginas y páginas dedicadas a describir con precisión todas las barbaridades posibles que son capaces de ejecutar unos asesinos tan terribles como los que ocupan este libro. Me imagino que a los amantes de la casquería estos pasajes fueron sus favoritos. Pero en mi caso, lo confieso, tuve que saltarme varios de ellos.
Me quedo con unos diálogos brillantes, un juego de inteligencias fantástico y con la firme convicción de no volver nunca a leer al doctor más sanguinario de la literatura contemporánea.
Palabra.
Libros que nos ayudan a sobrevivir a nuestros muertos
Este fin de semana largo que se acerca es el momento del año en el que más presente tenemos a la muerte. Para muchos es un tema tan complicado que lo prefieren afrontar con desvíos, jugando con el miedo, los sustos, los caramelos y los monstruos varios. Los libros que se promueven para estos días son, de hecho, del género de terror. Bienvenidos a Hallowing, donde el miedo y la risa se alían.
No tengo nada en contra (ni a favor) de estas celebraciones. Sin embargo, para muchos de nosotros, este fin de semana no va de la muerte en abstracto, sino en concreto de nuestros muertos. No estoy reivindicando aquí las tradiciones al uso, de ir al cementerio y comer mazapán. Eso es lo de menos. Hablo de que es un fin de semana en el que la ausencia se hace más patente. Sobre todo, claro, para aquellos que tienen una pérdida reciente. En esta entrada os quiero hablar de libros que tratan la experiencia del duelo. Me he limitado a la pérdida de la pareja, los padres o un hijo, para no hacer eterna esta entrada, pero me encantaría que me dejarais más en los comentarios.
1. Comenzaré con la muerte de la pareja. Una de las más complejas, pues te pone la vida del revés. La persona con la que ibas a envejecer ya no está. En La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero afronta de manera magistral este duelo. Apoyada en la propia experiencia y en la biografía de Madam Curie, habla de la vida después del amor de tu vida. Un libro delicioso y muy recomendable. Otro gran libro, al que debo reseña, es por supuesto Cinco horas con Mario, de Delibes.
Otros libros que no he leído aún, pero que afrontan este tema son los siguientes: El año del pensamiento mágico, de Joan Didion; Di su nombre, de Francisco Goldman; Arboleda, de Esther Kinsky o De profundis, de Oscar Wilde.
2. Más frecuente es tener que afrontar la muerte de los padres. Con ella dejamos de ser hijos y nos convertimos en adultos plenos. En Las palabras que te guardan, Paloma Serrano consigue convertir el dolor en mensaje vitalista, verdadero homenaje a un padre que amaba la vida. Un tono mucho más triste tiene el relato de Ordesa, en el que Vilas no acaba de despegar de la sensación de pérdida.
Otros libros que yo no he leído aún son: Invención de la soledad, de Paul Auster; También esto pasará, de Milena Busquets; El mar, de John Banville; La ternura de las piedras, de Marion Fayolle; ¿Podemos hablar de algo más agradable? de Roz Chast; Salvaje, de Cheryl Strayed; Ha pasado un minuto y queda una vida, de Gabriela Consuegra; Mi libro enterrado, de Mauro Libertella o Canción de tumba, de Julián Herbert. Mención especial tiene Los días son oscuros: Perder es comenzar a vivir, de Dani Huertas, en la que se afronta a la vez la pérdida de la esposa y de la madre por parte de dos personajes (padre e hijo) que tienen que reprender a vivir.
3. No he leído nunca nada sobre la pérdida de un hijo. Desde que soy madre es un tema que me resulta intocable. No obstante dejo por aquí algunos interesantes: En La gente feliz, lee y toma café, de Agnès Martin-Lugand, una mujer debe afrontar la muerte de su pareja y de su hija al mismo tiempo. Dicen que es una lección de vida y de amor y quizá me atreva a empezar por aquí. Más difícil me resultaría leer Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnet, que afronta el suicidio de un hijo.
Otros libros que afrontan la muerte de un hijo son La hora violeta, de Sergio del Molino; Mortal y rosa, de Francisco Umbral o Noches azules, de Joan Didion. Una forma distinta de abordarlo es la de Alice Sebold, en Desde mi cielo, donde es la hija asesinada la que cuenta el duelo de los padres.
Este fin de semana largo que se acerca rendimos homenaje a los muertos que pueblan nuestra vida. Y lo hacemos leyendo.
El capitán Tormenta (Emilio Salgari)
La nostalgia suele ser una sensación muy ambigua. Hay ocasiones que nos entristecemos al recordar el pasado, sin embargo, en otras muchas ocasiones, sentimos alegría por los recuerdos de nuestra juventud. Algo parecido a lo que me está sucediendo ahora mismo, cuando mi mente no para de rememorar las horas de felicidad que me trajo Emilio Salgari. Además, no fue con el personaje que le dió fama mundial con quien pasaba las tardes enteras enfrascado en sus aventuras. Nunca fui admirador de Sandokan ni sus novelas me desataron la pasión de otras muchas del autor. De Salgari me quedo con sus piratas caribeños y sus novelas ambientadas en el oeste, pero por encima de todas ellas, la princesa de Eboli y el león de Damasco, los protagonistas de la novela de hoy.
Cuando tuve la suerte de leer esta novela, mi imaginación voló al cálido mediterráneo, a una isla asediada en plena guerra entre cristianos y turcos, que luchaban ferozmente por cada palmo de terreno. Podía oler la pólvora, casi sentía el cansancio después de cada batalla y me sentía exultante cuando alguno de mis personajes favoritos salía de una pieza de alguna escaramuza. Era feliz.
Porque Salgari, un escritor con un estilo sencillo y directo, conseguía a través de sus libros que olvidaremos quienes éramos en ese momento. Sus novelas no daban tregua entre página y página y sus protagonistas, guapos, listos y fuertes, nos hacían pensar que la vida era una sucesión de aventuras y acción.
Hoy día, la memoria de este prolífico escritor está muy cuestionada por su calidad, o más bien por su falta de calidad. También se le achaca que nunca viajó y por ello sus ambientaciones son pobres y ramplonas. Para mí, en mi memoria de juventud, ocupa un lugar privilegiado. Porque me hizo sentir grande, fuerte. Y con él, sus personajes y las gestas que vivían, siempre me sentí acompañado y alegre.
Bendita nostalgia .
Terminado el reto de Retopatas 2021
Hace varios años que sigo el reto de Retopatas, que consiste en leer 24 libros a lo largo del año, de tal modo que cada uno de ellos cumpla uno de los siguientes requisitos. Un año más, lo acabo de completar. Os pongo la calificación que le doy (de 1 a 5) al libro que elegí para cada punto, os comento (si hace falta) por qué cumple el requisito y cómo lo encontré y adjunto el enlace a la reseña (a veces mía, a veces de Javier).
Le doy las gracias al grupo por las excelentes recomendaciones y a las responsables del reto por montar algo tan especial de fomento de la lectura.
1. Un libro que incluya una fruta en el título: 4/5
No tenía nada claro cómo cubrir este punto y me puse a buscar por Internet. Cuando leí sobre este relato, creí que era una novela. La sorpresa llegó cuando me lo dio mi librero. No lo esperaba tan pequeño.
2. Una novela judicial o un thriller legal: 5/5
Hacía años que quería leer este libro y alguien en el grupo dijo que cumplía este punto. No gira en torno a un juicio toda la novela, pero sin duda el juicio es un elemento fundamental de la historia.
3. Un libro que transcurra en otro planeta (o satélite, u otro cuerpo celeste): 4/5
Con este autor tenía yo una cuenta pendiente porque Farenheit 451 no me gustó mucho. Saldado.
4. Una novela que transcurra en un único día: 3/5
De nuevo fue el grupo el que avisó de que este libro cumplía el punto. Y, claro, poner un Delibes en la lista siempre es buena idea.
5. Un libro de un autor con más de 20 títulos publicados: 5/5
Era demasiada tentación usar este punto para leer a Zweig y lo usé. El título concreto fue a sugerencia de la comunidad de Twitter, que me lo recomendó
6. Una novela ambientada en un país sin mar: 5/5
En un principio había leído otro relato de Zweig para este punto y durante un tiempo lo di por bueno. Cuando me di cuenta de que no era una novela, me leí este libro que tenía en pendientes desde hacía años.
7. Un libro sobre un club de lectura: 2/5
Alguien lo mencionó en el grupo. Si me mencionan a Agatha Christie, me han ganado.
8. Un cómic o novela gráfica protagonizado por un escritor (real): 4/5
Me costó muchísimo elegir libro en este punto. Los cómic que encontraba contaban vidas de escritores que ya conocía. Una visita inocente a una librería un día que no pensaba en ello me resolvió la duda.
9. Un libro de poesía de un autor que no sea europeo ni americano: 1/5
Este punto es el más difícil para mí, con diferencia. Le pedí ayuda a mi librero favorito. Me trajo una edición preciosa, pero fue un fracaso igual. No tengo mente poética. Nadie es perfecto.
10. Un libro de terror psicológico: 2/5
Este punto me parecía el peor de todos porque odio este género. Este libro lo leí para el punto 23, pero pasé tanto miedo que lo usé para este.
11. Un libro escrito por un autor que haya estado encarcelado: 3/5
Tenía claro que cubriría este punto con un autor ruso. Al final me decidí por este que tenía en pendientes desde hace tiempo.
12. Un libro de un autor eclipsado por su pareja (también escritor, y más famoso): 2/5
Una recomendación del grupo me puso en la pista. Hacía mucho que quería leer a alguna autora latinoamericana, así que me pareció buena idea.
13. Una novela protagonizada por un emigrante: 5/5
Una recomendación del grupo que me ha regalado un nuevo autor favorito
14. Un libro escrito (y publicado) por su autora antes de los 25 años: 3/5
No hay tantos libros que cumplan este punto y, desde luego, era un pendiente eterno.
15. Un clásico de la literatura de humor: 2/5
Había oído hablar infinito de este personaje. El problema es que el humor no es mi género
16. Un libro de género periodístico: 3/5
Javier me regaló este libro y nada más verlo pensé en que cubría este punto. No tengo remedio.
17. Una novela que cuente con varias (al menos 3) adaptaciones cinematográficas: 4/5
Sabía que tenía que elegir un clásico. Lo que me costó fue encontrar uno que no tuviera mil páginas o que no me supiera la historia de memoria. Lo conseguí.
18. Un libro infantil o juvenil de un autor que haya ganado el premio Andersen 4/5
Aproveché el reto para revisar una de mis animadversiones más longevas. Odiaba a Pippi desde los tres años. Y resulta que el personaje que encontré en estos relatos me enamoró. ¿Fue el cambio de la serie al libro o simplemente de niña no fui capaz de entenderla?
19. Una novela histórica que transcurra en tu país: 5/5
Hace tiempo que quería leer este libro, pero al ser una trilogía no me animaba. Ahora estoy deseando leer los otros dos libros.
20. Una novela de autoficción: 2/5
Antes de ver el reto ni siquiera sabía qué era eso de autoficción. Pero este libro era muy conocido y no dudé en darle una oportunidad. Me temo que no me gusta el género.
21. Una novela protagonizada por varias generaciones de una misma familia: 5/5
Había pensado leer Cien años de soledad, que es uno de mis pendientes más comprometidos, pero una vez más cambié de idea ante esta recomendación. Otra vez será.
22. Un libro en el que tenga protagonismo algún desastre natural: 5/5
Cuando leí en el grupo que esta novela cumplía este punto pensé que era el momento de leer algo de novela norteamericana. Estupenda decisión.
23. Una novela escrita por dos (o más) autores: 2/5
Me parecía muy complicado elegir un libro para este punto, así que le pedí a mi librero que me ayudara. Me trajo dos libros y empecé por este. Del otro, os hablaré otro día.
24. Un libro inspirado en una obra de arte: 5/5
Andaba muy despistada con este punto, pero la sinopsis de este libro, recomendado en el grupo, me gustó.
Un año de lecturas maravillosas. Ya tengo ganas de comenzar el #Retopata 2022. Nos vemos allí.
Este es mi nombre (Adonis)

Si por algo sigo el reto de lectura de #Retopata (además de por disfrutar de los maravillosos amigos que allí hago y por conocer autores y libros únicos) es porque me obliga a salir de mi zona de confort lectora. En el reto he leído libros a los que jamás me habría acercado y eso me ha permitido tener experiencias increíbles, conocerme mejor a mí misma y encontrar inesperadas pasiones. Hasta ahí genial. Pero lo de este libro creo que ha sido excesivo.
Este es mi nombre viene a cubrir mi último punto del reto 2021 que consiste en un libro de poesía de un autor que no sea ni europeo ni americano. No tenía fácil solución. Yo no leo poesía por gusto nunca (no tengo una voz interior poética, qué le vamos a hacer. Si me la leen bien, es otra cosa). A mi rechazo general a este género se añadía que iba a ser poesía traducida, que no es lo mismo, y de una cultura muy alejada a la mía. Complicado.
Tan difícil lo vi que pedí ayuda a mi librero de confianza. Y Pepito me trajo este libro. Echadle un ojo. Es una edición bilingüe bellísima. Y el editor-traductor no solo ha escrito un prólogo explicando lo que vas a leer, sino que te acompaña toda la lectura con notas a pie de página. Gracias a él entendí que el poeta habla de su realidad política, que tiene reminiscencias de Lorca y que supone una ruptura con la poesía árabe de su tiempo.

Desgraciadamente, todo en vano. No he conseguido entender bien lo que me quería decir Adonis con sus múltiples metáforas. Y a mí, si no comprendo, no me llega. Ya he confesado antes que no tengo voz interior poética. Una pena.
Pippi Calzaslargas (Astrid Lingred)

Este fin de semana he leído este pequeño libro de relatos sobre la niña más fuerte del mundo. Me decidí a leerlo porque me permitía cumplir uno de los puntos del #Retopata de este año (que estoy a punto de terminar) y porque me permitía revisar una opinión de largo recorrido. Y es que yo odiaba a este personaje desde mi más tierna infancia. Una niña salvaje, desordenada, que incumplía todas las normas y me ponía muy nerviosa. Mi impresión ha sido tan distinta que me quedo ahora con la necesidad de volver a ver la serie (que es dónde comenzó mi animadversión). La niña que me he encontrado en este libro es adorable. ¿No supe entenderla o es que la serie no transmitía lo mismo que los relatos? Investigaré.
Los relatos de Pippi Calzaslargas son una mezcla deliciosa de ficción y realidad. Es ficción, claro está, la historia de una niña que vive sola con un mono y un caballo, con más dinero del que es capaz de gastar (tipo Batman) y con una fuerza sobrehumana (tipo Superman). Pero esos toques fantásticos le permiten hablar de un modo directo y descarnado de la realidad.
Los relatos de Lindgred hablan de la realidad de los niños huérfanos y la inoperancia de los servicios sociales, que no son capaces de darles una infancia normalizada; habla de los abusones que hacen bulling a los niños; del clasismo de las mujeres de clase medio-alta; de la soledad de los ancianos; de la brutalidad de la gente hacia sus animales; de los padres que no son responsables y siguen viviendo como si no tuvieran hijos… mil temas difíciles de abordar que, gracias a mezclarlos con la ficción de una niña increíble, pueden ser reflejados en toda su crudeza.
Pippi Calzaslargas es una superheroina que impone justicia y reclama felicidad allá donde va. Pero, pese a todo, no deja de ser una niña de 9 años sola y semianalfabeta. Bajo su capa de invulnerabilidad, descubrimos un personaje que sufre ante las injusticias, que echa de menos a sus padres, que tiene tan asumida su soledad que se escribe cartas a sí misma, que no se atreve nunca a pedir nada para ella y que reconoce que hace muchas cosas mal. Una niña tan herida que ni siquiera se plantea pedir que le curen las heridas. Se las cura ella, a base de imaginación y juegos. Huye de la tristeza y las quejas, porque en el fondo sabe que su decisión de ser optimista es lo único que la salva del abismo.
Superpoderes, una inalterable necesidad de justicia, empatía y vulnerabilidad. La Pippi que he encontrado en estos cuentos no puede gustarme más. ¿Encontraré lo mismo en la serie?
Corto Maltés. La balada del mar salado (Hugo Pratt)
Maestro de maestros. Creador del todo a partir de viñetas blancas. Con su pluma y un talento inmenso, revolucionó el arte de contar historias con el trazo más simple. Sus argumentos eran la vida y el mar, la idea de justicia frente a la codicia humana, la amistad como tabla de salvación. Nos legó uno de los personajes más carismáticos de la historia y algunas de las historias más bellas de la novela gráfica.
Hugo Pratt publicó en la década de los 60 esta novela por entregas que, a pesar de su trascendencia posterior, fue ninguneada por la crítica y un relativo fracaso de ventas. Tuvieron que pasar los años para que Corto Maltés ocupara el lugar que merecía. Fueron otros genios, como Fran Miller, quienes ayudaron a reivindicar el valor cultural de cada aventura del icónico marino.
La balada del mar salado fue la presentación de Corto, así como de algunos de los personajes secundarios que lo acompañarian a lo largo de sus siguientes libros. La acción se sitúa en los bellos mares del pacífico, en un periodo anterior a la primera guerra mundial. Nuestro héroe se ve envuelto en una disputa entre piratas y soldados que amenaza con acabar con su vida a cada instante. El protagonismo no recae en Corto, sino en dos adolescentes, pero el peso de su carisma y el ideal de justicia que impregna a cada una de sus acciones consigue que parezca que todo gira en torno a él.
Aunque hay ediciones a color, recomiendo leerlo en blanco y negro, tal y como Pratt la plasmó. Entusiasta de la sencillez, su idea de perfección era conseguir contarlo todo con una sola línea. Cada viñeta tiene la engañosa sensación de estar incompleta, mal acabada. Sin embargo, el dominio del blanco sobre el negro nos dice mucho más que cien frases. Unos pocos trazos consiguen sumergirnos dentro de un barco, o nos enseña con un pequeño gesto todo lo que necesitamos saber sobre un personaje.
Una delicia donde no hay malos o buenos al uso; donde los héroes fallan y los malos consiguen que los entendamos. Cada línea de sus textos, cada idea que subyace en las reflexiones de sus protagonistas son tan actuales como cuando fueron escritas hace más de 50 años. Y aún hoy, se sigue leyendo con una sonrisa, la pequeña sonrisa de Corto Maltés.