Un estilo sucio, parco en vocabulario, rayando lo escatológico en tantas escenas como páginas tiene. Y sin embargo, Palahniuk tiene sus fans. Muchos. Y sin ser uno de ellos consiguió que comprara el libro y ¡viese la película! Es cierto que su visión decadente del capitalismo y su apología del anarquismo pueden ser un buen anzuelo, sin embargo su forma de escribir no termina de ser de mi agrado. El uso excesivo de las muletillas, así como de unos diálogos tan sencillos que parecen dichos por niños, en vez de sumergirme en la mente de los protagonistas consigue alejarme de ellos y simplemente pasar sus capítulos por el mero interés de seguir su trama.
Una pena porque es una historia interesante, muy entretenida y con giros argumentales fantásticos. Lo cual redunda mi queja de no tener unos personajes que expresen la visión subjetiva de un mundo que les devora a cada paso.
Cuando la vi en el cine, empecé a creer lo que decían. Supongo que la ambientación, el ponerles cara y voz suplió lo que echaba de menos en la novela . Pero, y es mi opinión , en un libro necesito más peso y mordiente en los diálogos. Porque de eso se trata, de ver el mundo a través de los ojos de un hombre superado por las circustancias. Que no duerme, apenas socializa y la mejor terapia que encuentra son los grupos de ayuda para enfermos de cáncer. Todo ese conjunto merecería un pensamiento más profundo, una indagación en su mente.
Sin embargo, recomiendo su lectura. Sin ser una obra redonda tiene sus puntos positivos. Su argumento es fantástico y uno tiene la sensación de estar sentado en una montaña rusa, sin saber si subimos o bajamos.
Para los más valientes, reto a ver su adaptación cinematográfica. Tan iconica como la novela.