Publicado en Libros, Novela

Los tres mosqueteros (Alejandro Dumas)

Uno para todos y todos para uno. ¿Cuántas veces no hemos oído y repetido este lema a lo largo de nuestra vida? Una frase que ya dejó de pertenecer al libro y se ha convertido en patrimonio universal. ¡Y eso que dicho lema solo aparece una vez en todo el libro!
Cómo siempre que hablamos de un clásico, las virtudes de sus páginas han sido analizadas y exhaltadas hasta la saciedad tantas veces, que siempre es un reto decir algo sobre la obra. Por eso nada podría aportar al lector más allá de mi experiencia cuando tuve la suerte de leerlo.
Una lectura de mi juventud que fue voraz, rápida y sin descanso. Recuerdo el paso de los capítulos y las emociones que a cada línea se sucedían sin tregua.
La historia, construida como muchas de las obras de la época para ser publicada periódicamente en el diario Le Siecle, me proporcionaba a partes iguales alegría, tristeza, enfado, euforia y desconsuelo. Las aventuras de los mosqueteros no podían ser más variopintas. De salvar el honor de la reina a ajustar cuentas con el malvado Cardenal Richelieu, de cortejar a su amada Costance a sobrevivir a las intrigas de Milady de Winter, etc… Derrotas y victorias formaban el día a día de nuestros protagonistas.
Unas aventuras que se hacían cortas. De hecho Alejandro Dumas escribió sobre D’artagnan dos libros más, que publicó posteriormente, lo cual da idea del éxito que alcanzó y nos da pistas de su inmensa capacidad de creación.
Una obra que Dumas puso al servicio de la épica, la lealtad y el valor. Con sus personajes apuntaló el ideal del soldado siempre entregado a la causa. Una idea de patriotismo de la cual nuestros vecinos han presumido enormemente.
Pero quedemonos con el entretenimiento, las aventuras, y las horas de felicidad que nos proporcionaron siempre estos mosqueteros. Además, con la amplia galería de personajes que desfilan por sus páginas, el lector seguro que puede identificarse con alguno de ellos. Y vivir de primera mano sus aventuras y hazañas. No es poco para un mundo cada vez más falto de héroes.