Mañana comienza la semana de votaciones para la lectura de octubre. Tenéis hasta el viernes para darle a “me gusta” a esta entrada. El fin de semana será la votación en Twitter. Más info aquí.
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Como última, pero no menos importante opción para esta segunda edición del club de lectura, una recomendación perfecta de @m_horno. Una biografía del maravilloso Zweig. Os encantará. pic.twitter.com/H2mbdOtHGS
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Ken Follet y Los pilares de la tierra siempre han sido sinonimo de éxito y ventas. A la sombra del éxito del escritor galés surgieron infinidad de novelas que pretendían emular su fantástica epopeya medieval. Por supuesto en nuestro país no fuimos una excepción y era muy común encontrar en las librerias multitud de títulos que, con más o menos fortuna, intentaban buscar su público. Idelfonso Falcones encontró la clave para convertirse en el año 2007 en el autor que más libros vendió. Su historia sobre la Barcelona portuaria del siglo XIV enganchó de tal forma a los lectores que agotaban, una tras otra, las innumerables ediciones. Falcones traslada a la ciudad condal el argumento de Los pilares de la tierra, esto es, la construcción de una basílica. Una excusa para hacer desfilar por sus andamios una galería de personajes que viven a la sombra del templo. Lo mejor del libro es el trabajo de documentación que realiza el autor. La profusión de información da cuenta de las horas de trabajo previo. Sin embargo, es en su estilo donde el libro no terminó de engancharme. Ni por un instante se hacen creíbles los diálogos de los personajes. En todo momento sentía que podrían haber sido perfectamente habitantes de la Barcelona actual. Es posible que dar esa veracidad es un trabajo al alcance de muy pocos. Me viene a la cabeza la serie Alatriste, de Pérez Reverte. Pero seguro que sin llegar a las cotas de genialidad de éste , hay otros ejemplos de novelas que sí nos hacen sentir como si de verdad estuviésemos leyendo una crónica de la época. Una pena, y sin duda, más fruto de mi sensación que de la realidad. Porque no creo que tantos lectores se equivocaran. Pero cuando una novela no engancha…