
Es curioso cómo elegimos los libros que nos llevamos a casa, las variables por las que decidimos leer un título en un momento dado. A veces es una portada sugerente, otras la confianza ciega en el autor; en ocasiones el responsable es un comentario de un lector al que le ha gustado y otras simplemente nos atrapa un título interesante. Cuando todo eso falla (o al menos no es del todo suficiente), recurrimos a medidas más drásticas. Yo, por ejemplo, tiendo a leer la primera línea, a veces la primera página antes de decidirme. Pocas veces leo la sinopsis, aunque es otra posibilidad.
En contra de lo que acabo de decir, en esta ocasión leí la contraportada del libro antes de decidirme por el. Todo lo demás no acababa de ayudarme a tomar una decisión. Fue, pues el resumen el que me convenció. <<Una mujer va a un escritor a contarle su vida para que este escriba su biografía. A través de estas sesiones, decía el libro que tenía entre manos, el suspense aumenta>>.
Una novela en la que se cuenta una historia lo suficientemente interesante para producir una biografía. Suspense, aventuras y un asunto misterioso que acabaría uniendo la vida de estos dos personajes de forma inesperada. Esa es la idea que yo me hice de esta novela de Millás antes de leerla. Esto es lo que yo creía que iba a leer.
Pues nada más lejos de la realidad. El libro se lee bien (a mí me duró dos tardes) y tiene su interés, pero desde luego no es lo que yo esperaba. Lejos de ser una historia interesante, en la que pasan muchas cosas, se trata de una reflexión sobre lo que somos y sobre todo lo que no somos. En sus páginas se mezcla la realidad objetiva y la soñada, las vidas que tenemos y las que quisimos tener, la verdad y la mentira. No busquéis en ella una novela de aventuras. Se trata de una novela introspectiva sobre la vida y nuestras decisiones.