Publicado en Libros, Novela

San Manuel Bueno, mártir (Miguel de Unamuno)

Me hubiera gustado ver las caras del clero de la época cuando Unamuno publicó San Manuel Bueno, mártir. Es cierto que con nuestra mentalidad actual, donde nos hemos acostumbrado a ideas y posturas extremistas, la temática de la novela puede tener un punto ingenuo y casi conformista. Ser rebelde parece más propio de finales de siglo.
La historia nos lleva a un pueblo imaginario, lugar que es un personaje más de la novela, donde conoceremos a los tres protagonistas que conforman un conjunto simbólico donde el escritor plasma sus inquietudes e ideas. De una parte, el párroco, con la contradicción entre sus pensamientos y sus acciones. Vive con la confrontación entre su falta de fe y su convicción de que su labor pastoral une a un pueblo que se muestra mezquino sin un líder.
Lázaro, otro de los personajes, es la parte opuesta al párroco. Pero sus ideales también se tambalean al reconocer la necesidad de un pueblo unido.
Por último, la narradora, Ángela, mujer formada y moderna para los cánones de la época. Llena de vitalidad y sentido común. Tan importante como los ideales.
Una novela llena de simbolismos, con ideas rompedoras para su época y de muy fácil lectura. Unamuno plasmó aquello que más dolía al país que conoció y en muchos momentos nos encontramos leyendo una crónica de esa España anterior a la guerra civil.
Un clásico de nuestra literatura que merece un lugar destacado en nuestra biblioteca.