
Lo primero que tengo que decir de esta pequeña novela es que no se trata de un libro para todos los públicos. De hecho, no es un libro para mí en absoluto. Lo leí como parte de un reto de lectura y, de hecho, si no hubiera sido por eso no lo habría terminado. No recuerdo haberlo pasado tan mal con ningún otro libro últimamente.
¿Por qué os hablo de él entonces? Pues porque reconozco que está muy bien escrito, que es muy original y que seguro que a más de uno le encanta. Solo necesitáis, seguramente, una piel un poco menos fina que la mía.
Os cuento de qué va: se trata de una nueva versión del cuento de Barba Azul, con grandes cambios con respecto a la propuesta tradicional. Aquí el clásico ogro viejo, feo y malo se convierte en un joven más que atractivo y rico llamado Féléor. Además, el protagonista no es él, ni la última doncella que habita su casa, sino las múltiples mujeres que pasaron por su vida.
Cada capítulo de esta breve novela está dedicado a una de las mujeres. Ellas cuentan en primera persona cómo se acercan a Féléor, cómo es su relación con él y cómo acaban perdiendo la vida, consciente y voluntariamente. La mayor parte de las ocasiones está escrito en forma de diario (con o sin separación en días) pero alguna vez parece más una carta, o un diario-carta. Para terminar, cada capítulo añade un pequeño comentario en el que él habla de cada una de ellas.
Una novela sin duda diferente, que no os dejará indiferentes. La crudeza de la narración, que entra en detalles algo complicados de relatar nunca sirve de excusa para usar un lenguaje soez o de mal gusto. Al contrario, a pesar de lo que cuenta podemos decir que es un texto muy delicado, que cuida cómo se expresa. Otra cosa es que, por muy bien que escriba, a algunos se nos haga bola lo que cuenta.