
Tenemos la suerte Mamen y yo de entender las vacaciones como un momento para conocer mucho más acerca de nuestra pasión por los libros. Y aprovechando los días que estamos pasando en Santander, era obligado conocer alguna de las muchas librerías que se ubican en esta bella ciudad. La elección, puro azar, quiso llevarnos hasta Libreria Gil. Mejor dicho, a una de las librerias que tienen en la capital. Fundada en 1963 por los padres, ahora la gestionan cuatro hijos, encargados de dar vida a tres librerías y un centro distribuidor.
Nosotros fuimos a la ubicada en la calle Hernán Cortés, muy cerca del paseo marítimo. Y salimos encantados, con una sonrisa y dos libros bajo el brazo. Si no pecamos no somos nosotros.

Distribuida en dos plantas, nuestro centro de atencion principal fue la superior, donde nos quedamos maravillados de cómo presentan los libros sobre las estanterías. Los habíamos visto ordenados por géneros, por índice alfabético, por editoriales, etc…, pero esta es la primera vez que los vemos ordenados y presentados por países o regiones. De una parte teníamos literatura inglesa, de otra francesa, por supuesto no faltaba la hispánica, la de más volumenes. Pero era una maravilla poder ver libros de origen nórdico o sirio, por ejemplo. Tener a tu alcance tal variedad de autores, de formas de entender la literatura, hizo que la visita fuera un regalo.

La sección de ensayos también nos llamó poderosamente la atencion. ¡Toda una sala dedicada a estos libros! Su variedad y la pluralidad de su temática redondeó una visita inolvidable.
También queríamos dar las gracias a las personas que trabajan allí, que nos atendieron con tanta amabilidad y que me contestaron pacientemente a varias preguntas sobre unos libros.
Una mañana bien aprovechada, que nos permitió conocer una nueva forma de presentar aquello que amamos.