Para la ola de calor que nos ataca este fin de semana os traigo un libro fresquito, de lectura fácil, rápida, con infinitos guiños a la generación del baby boom en España. Una generación a la que conozco bien, pues es la inmediatamente anterior a la mía.
La alusión a Los Cinco del titulo no engaña. Orejudo habla en esta breve novela de cómo nos marcó, a varias generaciones, la lectura de los cinco en nuestra tierna infancia. Para los preadolescentes que éramos, la libertad de la que gozaban los cuatro primos era embriagadora. Si nosotros no encontrábamos barcos encantados, si no le ganábamos la partida a traficantes sin escrúpulos o no habíamos ayudado a atrapar a ningún secuestrador de niños era por culpa de haber nacido en una sociedad equivocada. Frente a la fría indiferencia de los adultos de Blyton, a nosotros no se nos permitía viajar, dormir en una isla deshabitada o hacer excursiones de varios días sin la eterna compañía de los adultos. Las comparaciones siempre son odiosas, pero en este caso rozaban la injusticia.
En la novela, uno de los personajes ha escrito un libro en el que se va más allá de las novelas de Blyton y se expone la juventud de los cuatro primos. En paralelo a la evolución de estos conocidos personajes, Orejudo habla de su propia juventud y reflexiona sobre la amistad y sobre la distancia entre los sueños de toda una generación y la realidad vivida. La transición española, la pérdida de la inocencia, las tribus urbanas, las drogas blandas y duras… todo un collage de elementos que explican una época de nuestra reciente historia.
No tengo muy claro por qué no me gustan este tipo de novelas. Todo el mundo que conozco que ha leído esta habla bien de ella, dicen haber disfrutado, haberse reído con algunas escenas, haberse reconocido en muchas. La verdad es que yo misma la leí en dos sentadas, pero lamentablemente no me llegó. Creo que es el tono. Voy a tener que reconocer que esta forma de escribir, tipo autoficción, no es para mí.