Publicado en Libros, Novela

La amaba (Anna Gavalda)

Una de cal… Este es el pensamiento que cruzó mi mente cuando terminé esta pequeña novela.

Es el primer libro publicado de Anna Gavalda, que ya ha sido protagonista de una reseña en nuestro blog. Y la verdad es que hay rastros de esa gran escritora que después nos maravillaría. Pero a pesar de sus pocas páginas, La amaba es un libro repetitivo en ocasiones, aburrido en otras y casi siempre ilógico.

Comienza el libro con una situación cuanto menos rara: una mujer abandonada por su marido decide irse con su suegro a la casa de verano de él. Es su arranque lo mejor de sus páginas. Esas primeras líneas dibuja unos personajes que parecen vivos, fuertes, aunque heridos. En ella sabemos de inmediato la causa de su dolor. Es cuando empezamos a descubrir el pasado del suegro cuando las piezas del puzzle no encajan. Para mí es un personaje artificial, construido. Su forma de ser no termina nunca de convencerme.

Los diálogos derivan en casi monólogos. El uso excesivo del silencio molesta mucho. No hay intercambio de opiniones, simplemente una anécdota que la otra parte contesta con apenas un gruñido o un pequeño insulto.
Porque a pesar de expresar durante muchas páginas que esas «charlas» les estaban permitiendo conocerse, choca como casi siempre de sus labios sale un reproche y, otra vez, un silencio acusador.

Quizá tenía muchas expectativas por lo bonito que me resultó Juntos, nada más. Pero tengo la sensación de estar ante un ejercicio fallido de escritura. Una historia que no se ha podido desarrollar de una forma más natural.

Un poco triste pero no tengo ninguna duda que dentro de nada volveré a leer algo de Anna Gavalda para quitarme este sabor amargo. Seguro.

Publicado en Libros, Novela

Luz de agosto (William Faulkner)

Tengo que admitir que Luz de agosto no es un libro fácil de leer, por lo que quizá no sea una buena propuesta para todos los públicos ni para todos los momentos. Se puede decir que está dirigida fundamentalmente a lectores ya formados, que disfruten de los libros (evítese usar a Faulkner como autor para iniciar a la lectura) y en un momento en el que puedan digerir un texto complejo, que demanda cierta dosis de atención y una cierta capacidad de aguante a temas escabrosos y tonos incómodos, como luego comentaré.

La primera dificultad de esta novela radica en el modo en el que está escrita. Y es que el autor escribe constantemente como si el pobre lector/a supiera más de lo que sabe. Mientras lees, la sensación de que te estás perdiendo algo, de que tienes que estar muy atenta es algo incómoda, aunque a la vez supone un reto muy sugerente. Se trata, en definitiva, de un escritor exigente con sus lectores, que no les permite una lectura desatenta ni superficial.

Por otra parte, está el mundo que describe, tan ajeno a nosotros, afortunadamente. El machismo y sobre todo el racismo lo impregna todo, hasta el absurdo. Una sociedad extremadamente conservadora, que ahoga a los que viven (por nacimiento o por elección) fuera de los estrechos márgenes de su moralidad.

Como siempre, dichas normas de comportamiento son especialmente estrictas para las mujeres. De ahí las dificultades a las que se enfrenta la protagonista, embarazada de un canalla de medio pelo al que busca, incansable, de pueblo en pueblo.

Una sociedad puritana y egoísta que deja fuera a cualquiera que sienta ligéramente ajeno. Y como siempre, algo tan superficial como el color de la piel se convierte en el centro de atención. Más aún, basta con tener un antepasado que fuera negro para ser tachado de tener «sangre negra» y convertirse así en la diana de toda la intransigencia social.


Como veis, os traigo hoy un libro duro y difícil pero, dicho esto, tengo que acabar diciendo que es un libro que merece la pena leer. Está maravillosamente escrito, con unos personajes que parece que se van a salir del papel, de lo vivos que están. La sociedad que describe, por mucho que nos desagrade, existió no hace tanto y permite entender determinada realidad actual. También nos previene de comportamientos actuales que perpetúan, aunque sea mínimamente, el racismo, el clasismo y el machismo de entonces.

Curiosamente, el libro de Faulkner nos hace ver nuestra sociedad de un modo más amable (en comparación con aquella, en esta se respira), al mismo tiempo que nos previene para que no volvamos a aquellos abismos. Porque cuando uno cierra esta novela no puede evitar pensar que hay que ser muy cuidadosos con estos comportamientos, pues no estamos del todo a salvo de este sinsentido.