
Una de cal… Este es el pensamiento que cruzó mi mente cuando terminé esta pequeña novela.
Es el primer libro publicado de Anna Gavalda, que ya ha sido protagonista de una reseña en nuestro blog. Y la verdad es que hay rastros de esa gran escritora que después nos maravillaría. Pero a pesar de sus pocas páginas, La amaba es un libro repetitivo en ocasiones, aburrido en otras y casi siempre ilógico.
Comienza el libro con una situación cuanto menos rara: una mujer abandonada por su marido decide irse con su suegro a la casa de verano de él. Es su arranque lo mejor de sus páginas. Esas primeras líneas dibuja unos personajes que parecen vivos, fuertes, aunque heridos. En ella sabemos de inmediato la causa de su dolor. Es cuando empezamos a descubrir el pasado del suegro cuando las piezas del puzzle no encajan. Para mí es un personaje artificial, construido. Su forma de ser no termina nunca de convencerme.
Los diálogos derivan en casi monólogos. El uso excesivo del silencio molesta mucho. No hay intercambio de opiniones, simplemente una anécdota que la otra parte contesta con apenas un gruñido o un pequeño insulto.
Porque a pesar de expresar durante muchas páginas que esas «charlas» les estaban permitiendo conocerse, choca como casi siempre de sus labios sale un reproche y, otra vez, un silencio acusador.
Quizá tenía muchas expectativas por lo bonito que me resultó Juntos, nada más. Pero tengo la sensación de estar ante un ejercicio fallido de escritura. Una historia que no se ha podido desarrollar de una forma más natural.
Un poco triste pero no tengo ninguna duda que dentro de nada volveré a leer algo de Anna Gavalda para quitarme este sabor amargo. Seguro.