El jueves pasado los RISARchers volvieron al escenario y lo hicieron en un lugar francamente bonito: la terraza del museo Pablo Serrano de Zaragoza. Como siempre en estos tiempos, al aire libre, con distancia de seguridad y todas las medidas sanitarias para un espectáculo en pandemia.
Ver a los RISArchers en directo siempre es un verdadero gustazo. Además los presentaba, cómo no, la gran Encarni Corrales. Nunca le agradeceremos lo suficiente a Carmina Puyod que organice estos eventos.
La selección de monologuistas fue un lujazo y nos trajo temas tan variados como el origen del nombre de las marcas, las diferencias entre matemáticos e ingenieros, qué hacer con los molestos piojos, las recomendaciones sanitarias sobre lo que no hay que hacer, el número de dimensiones que tiene el mundo, la resistencia a los antibióticos por parte de las bacterias, la manera en que se enfrian los ordenadores cuánticos, el triste e injusto efecto Matilda, los peligros del <<riego>> en la economía y la importancia del Helio.
Nos reímos, sí, pero, como siempre, también aprendimos. Bajamos de aquella estupenda terraza un poco más sabios, mucho más desestresados y (¿por qué no decirlo?) un poco más felices. Si me permitís un consejo, aprovechad las ocasiones que se os brinden y no dejéis de ver en directo a este grupo de investigadores que saben hacer fácil lo difícil.