En un álbum de música de trece temas, lo normal es que queden para la posteridad dos o tres de ellos. Si la grabación ha hecho época, el número puede subir hasta cinco. En Meteora, el listado de canciones míticas es mucho mayor. Y no sólo si eres incondicional de la formación sino que basta con ser un amante de la buena música para reconocer los acordes de muchas de las canciones de este segundo álbum de la banda.
Venía Linkin Park de un álbum debut fabuloso que los había consagrado dentro del panorama mundial y quedaba por pasar la prueba de fuego : demostrar que no eran una moda pasajera o la apuesta de una potente discográfica.
Con un trabajo que continúa usando las bases rítmicas potentes, los rift de guitarra muy simples pero de una fuerza inusitada y un Dj que mezcla todo lo anterior con eléctronica y versos de rap, el disco podía haber sido tachado de copia o, incluso, de continuista sin aportar nada nuevo. Pero la entidad de toda la grabación, la madurez demostrada en su composición y la inspiración absoluta en muchos de esos temas consagró al grupo como un fenómeno mundial.
Muchos fans criticaron que llegaron a la cima de su creatividad en este álbum porque después su sonido empezó a tener más influencias del rock experimental. Pero, y es mi opinión, sus posteriores trabajos alcanzaron también cotas muy altas de calidad y sonido.
«Somewhere I belong», «Numb», «From The inside», etc… forman parte de la banda sonora de nuestra vida. Una música innovadora, que no comenzó con ellos pero sin duda fueron uno de sus máximos exponentes. El nu metal, que llevaba unos años pugnando por llegar al lugar que se merecía, se hizo popular con la voz desgarrada de Chester Bennintong, capaz de una variación tonal muy poco común. En su interpretación podías sentir el dolor, la rabia, la tristeza de una infancia difícil, pero también te podías emocionar con la épica de su desgarro o la alegría de sus incursiones a melodías más rokeras. No soy muy optimista sobre el futuro de la banda ahora que él no está.
Pero siempre hay esperanza, queda Mike Shinoda, quien disco a disco ha ido afianzando su protagonismo y sin tener la calidad vocal de Bennington, no desentona en temas más suaves y melódicos.
Por mi parte, mientras eso sucede, seguiré disfrutando de Meteora con la emoción a flor de piel.