Qué raro es escoger una novela que parecía un thriler e ir descubriendo un viaje de autodescubrimiento maravilloso.
Porque eso es lo que me ha sucedido con esta gran novela. Lo primero, y lo confieso con gran vergüenza, era mi primera aproximación a Rosa Montero. Lo segundo, ¡he tardado demasiado en hacerlo! Pocas veces un libro me causa tal impacto para considerarlo como libro de cabecera. Éste lo ha conseguido con creces. Porque su argumento como novela de misterio es impecable y engancha desde el principio. Sólo con esta propuesta ya sería muy recomendable. Pero si nos encontramos, además, con otra historia que nos adentra en las emociones y pasiones de la vida, la mezcla es perfecta.
Apoyado en un sentido del humor brillante, llegando en ocasiones a rayar el esperpento, la historia que cuenta es un viaje de búsqueda de uno mismo. Una reflexión sobre el paso de los años y las decisiones que se toman en momentos cruciales de la misma.
Ambientada en el Madrid de los años 90, nos encontramos, además, con la epopeya vital de otro de los protagonistas que sirve a la autora para dignificar la derrota y a quienes la sufren. Capitulo a capítulo nos encontraremos a tres personas que podríamos ser cualquiera de nosotros en diferentes épocas de nuestra vida. Los sueños y pasiones de nuestra juventud, la reflexión y búsqueda de nuevos retos de nuestra madurez y la aceptación de lo vivido en los años finales de nuestra existencia.
Un gran libro que se desarrolla con diferentes narradores, aumentado la sensación de varias historias diferentes que confluyen al final. Un final, por cierto, que se queda fijado en mi memoria.
Ya tengo ganas de ponerme con otra novela de esta escritora que me ha vuelto del revés. Quizá de lo mejor que he leído últimamente.