¿ Qué tiene un publicista jubilado, con influencias de Conan Doyle, para refrescar la novela negra americana y crear un personaje que, entrega a entrega, ha sabido ganarse el cariño de los lectores?
Tomemos un poco de aire e intentaré explicarlo.
Es muy complicado escribir un rompecabezas, con inmunerables pistas, indicios y sospechosos y hacer que al final todo encaje. Y que lo haga sin aritifcios sobrenaturales o giros inexplicables. Ese es el gran mérito de John Verdon, ése y que leer sus libros sean una delicia.
El ritmo es impecable, sin artificios innecesarios. La construcción de los personajes es muy completa, sin perfiles planos o estáticos. Nuestro protagonista principal, con muchas coincidencias con su creador, se hace querer por su humanidad y sus miedos llegando a olvidar la genialidad de sus pensamientos.
Y nos presenta a la mujer del detective, su apoyo y al mismo tiempo la mayor critica con su actividad. El complemento perfecto a las deducciones de su marido, aportando sensatez y calma.
La trama se divide en tres partes, que van aumentando la tensión capitulo a capítulo, llegando a un final de infarto que nos impide soltar el libro. Pero repito, nada de finales sobrenaturales. Aunque en ocasiones, la trama nos guíe hacia callejones sin aparente salida.
Una primera novela que nos anticipa una serie fantástica y llena de emociones. Necesitabamos un detective como Dave Gurney para reconciliarnos con el misterio.
El sitio de mi recreo 