Podéis llamarme ingenua, tal vez lo sea, pero yo creo que la mayoría de la gente convive felizmente con la diversidad cuando la conoce. Antes no, ya lo sé. Imagino que da miedo, te asaltan los estereotipos, los prejuicios, las medias verdades. Pero cuando tienes en tu entorno cercano a alguien distinto, cuando lo conoces de cerca, cuando lo entiendes, lo reconoces, todo cambia. De pronto, ya no es distinto, simplemente es él o ella. Con sus cosas, sí, pero ¿quién no tiene peculiaridades?
Si esto es así y yo tengo razón, lo mejor que podemos hacer para vivir con normalidad la diversidad es conocerla. Si tenemos un amigo, una hermana, un padre que por una razón u otra se alejan de la norma, su diferencia deja de ser un peligro y se convierte, simplemente, en parte de la realidad.
Y donde no llega el entorno, como siempre, llegan los libros. La novela que traigo hoy es un ejemplo. Se trata de una puerta abierta al mundo del autismo. A través de sus páginas vamos conociendo a su protagonista, un joven autista de los denominados <<de alto rendimiento >>
La conducta de Christopher al principio puede sorprender al que no conoce el espectro. Su razonamiento lógico, el modo en el que se dirige a sus vecinos, sus ataques súbitos… pero, poco a poco, vamos entendiendo que él es así. Conocer es normalizar. Y así, este pequeño libro nos permitirá normalizar la diferencia cuando la encontremos.
El curioso incidente del perro a medianoche es, además, una novela deliciosa, fácil de leer y difícil de olvidar. Daos un capricho y leedla.