Cuando nos propusimos crear este blog la primera premisa fue que las reseñas debian ser cortas para darle agilidad a la lectura.
Hoy me encuentro en la dificultad de hablar de un libro excelso en todos los sentidos. Es una obra de más de mil páginas, donde hay muchos personajes protagonistas y además es muy rica en información histórica y arquitectónica.
Esta obra de Ken Follett, auténtico fenómeno best-seller, cumple con algunas de las máximas de este tipo de libros. Me explico: los personajes principales suelen ser, o muy buenos o muy malos, sin apenas evolución psicológica. Tanto el principio como el final suelen ser impactantes. Y además, el final es un tanto edulcorado en contraste con el desarrollo del argumento.
¿ Resta ésto méritos al libro? Para nada. Quien se acerque a sus páginas encontrará un libro ameno, divulgativo, con dosis de emoción, tragedia, romanticismo, sexo y aunque no sea históricamente exacta consigue transmitirnos las condiciones de vida de la época.
Un valor muy importante de la novela lo aportan sus protagonistas. Hay nombres que su sola mención nos evocan al libro, como Aliena, Tom, Jack, etc… Personajes que representan diferentes estamentos sociales y cuyas vidas se vertebran alrededor de la construcción de la catedral. Es cierto que hay personajes que se diluyen conforme avanza la historia pero casi todos ellos dejan una gran huella en nosotros.
Además, hay una bonita conexión con nuestro país, puesto que Follett estudió muy a fondo la catedral vieja de Vitoria para preparar la segunda parte. Un libro que me resisto a leer, por miedo a que no esté a la altura de Los pilares de la Tierra.
Que nadie se asuste por el grosor, una vez se abre a nuestros ojos, el tiempo y las páginas vuelan. Si duda esa es su mejor virtud. No todos lo consiguen.