No hay nada que me guste más que una novela que haga referencia a una obra clásica de mi juventud. Y si es Diez negritos, de Agatha Christie, pues más aún. Este fue el motivo por el que me animé a pedirle a nuestro librero que me trajera El club de los martes. Una obra que prometía ser entretenida y sencilla de leer.
Lo es. Un grupo de mujeres de mediana edad se reúnen cada semana para comentar libros de misterio, pero una serie de asesinatos en serie (emulando la mítica novela de A. Christie) convierte su reunión literaria en algo más peligroso.
El problema fundamental de esta novela es que da la sensación de que le falta una última revisión. Desde el punto de vista del estilo, tiene partes mucho más trabajadas que otras. Sin duda, las menos cuidadas hacen que se pierda el ritmo y no acabes de entrar bien en la historia. Lo mismo podemos decir sobre el argumento. No está mal, pero no puedo evitar pensar que con una vuelta más podría estar mejor, más creíble, más inesperado, más coherente.
Si necesitáis una novela ligera y os apetece rendir homenaje a una obra clásica, esta puede ser una buena elección. Pero sin más pretensión.