
En contadas y maravillosas ocasiones un libro que tiene todo en contra consigue entrar tan dentro de uno que pasar la última página es doloroso.
Con esta obra me sucedió. Todo lo que conocía a priori me echaba para atrás: está escrito de forma epistolar, sucede en la Segunda Guerra Mundial, el título no es precisamente fácil ni bonito,…
Pero fue comenzar el primer capítulo y sumergirme en una historia que es la vida misma.
Cada capítulo/carta te lleva de la mano con una prosa sencilla pero poderosa hacia una época de guerra y miseria pero también y sobre todo, de esperanza, de lucha y supervivencia.
Las autoras, tia y sobrina, nos cuenta la vida de su protagonista a través de ella y de cada uno de los demás personajes que escriben las demás cartas. Al hacerlo de esta manera van construyendo en nuestra mente un mundo completo, no hay detalle por nimio o breve que no tenga su razón de ser.
Las historias se entrelazan formando un tejido donde se va dibujando la sociedad de la guerra y posguerra. Dentro del hilo principal se acomodan otras pequeñas historias , unas vitalistas otras muy duras. Pequeñas o no, importantes o pasajeras dentro del argumento, todas ellas nos hacen que sus páginas se conviertan en nuestra realidad.
Cada personaje nos engancha en su humanidad, nos hace sonreír con esperanza.Una novela donde no hay buenos o malos. Únicamente supervivientes, sin importar el bando.
Por cierto, hay una adaptación al cine pero no pienso verla. Estoy convencido que no le hará justicia.
Este libro formará parte para siempre de mi memoria y de mi biblioteca.